Morelia, Michoacán, a 2 de diciembre de 2018.- Para proteger a la población de posibles riesgos sanitarios, las albercas y balnearios de la entidad fueron verificados durante el mes de noviembre por la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM); el objetivo, fue vigilar mediante la toma de muestras, que se encuentren aptos para el uso y recreo humano antes de la próxima temporada vacacional de Navidad y Año Nuevo.
A través de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), se tomaron 102 muestras a igual número de albercas en balnearios, hoteles y clubes deportivos de manera aleatoria, para descartar la presencia de coliformes fecales y E. Colli, causantes de conjuntivitis, dermatitis y enfermedades gastrointestinales; pero sobre todo, de Amiba de Vida Libre, altamente patógena y peligrosa, dado que se aloja en el cerebro.
En caso de detectar alguna anomalía en los resultados de las muestras del agua de albercas, éstas serán suspendidas, y hasta que se corrijan no podrán abrir al público, para proteger la salud de las personas que a ellas acuden.
Estas acciones se realizan a través del programa de Calidad Bacteriológica en el Agua de Albercas, el cual tiene por objeto proteger a la población usuaria de enfermedades asociadas a la contaminación del líquido, antes de que arranque el periodo vacacional decembrino.
El resultado total del muestreo en las albercas, estará listo antes del 7 de diciembre, para garantizar que quienes acudan a parques acuáticos desde el 17 de diciembre, que inicia el periodo vacacional, lo hagan sin riesgo alguno.
Las albercas que resulten fuera de norma deberán corregir una semana antes de las vacaciones, es por ello que también la Coepris arrancó con cursos de capacitación sobre el lavado correcto, tallado de pisos y paredes, para evitar la presencia de la Amiba de Vida Libre y otros microorganismos.
En los talleres, también se les explican las cantidades correctas de cloro que deben aplicar a las albercas y que los propietarios de los establecimientos deben vigilar que los visitantes se bañen antes de nadar, que los sanitarios estén cerca de las piscinas para que quienes acudan no realicen sus necesidades fisiológicas dentro de ellas ante la lejanía de los baños, y para que pongan reglamentos dirigidos a los usuarios, con el fin de asegurar la higiene y limpieza del lugar.
Con la vigilancia en la cloración, se garantiza que la gente que acude a nadar y también a lavarse las manos o a bañarse, lo haga con agua potable, sin riesgos para la salud; también es necesario que quienes acuden a estos sitios, se quiten la ropa al llegar, se bañen y pongan traje de baño limpio, ya que la ropa interior es un gran contaminante en las albercas.