Por: Salvador Hurtado.

¿POR QUÉ DIVIDIR A LOS MEXICANOS?

Morelia, Mich.- Al Presidente lo acusan por dividir al país en buenos y malos. Los primeros que están con él y los segundos porque discrepan con su modelo de gobierno, discursos en las mañaneras y giras. La suya es una estrategia usada recurrentemente.

El punto de origen está en el radicalismo ideológico. La supuesta izquierda de AMLO pretende agotar el modelo de derecha (neoliberalismo) vigente desde hace tres décadas, y para ello debe exhibir a los contrarios como malos; así, para que todo lo de ellos se rechace y lo suyo sea visto como “bueno”.

El estudioso, Pedro Baños, explica en Así se domina el mundo la utilidad de dividir a los adversarios para vencerlos. Por lo tanto, establecer la diferenciación entre buenos y malos permite ubicar a los malos en un mismo cuadrante, luego dividirlos entre sí para acabarlos.

En el caso de la estrategia del Lopezobradorismo no hay duda en quiénes son los malos –todos los que discrepan del pensar presidencial–. Entre los malos se fomentan las divisiones, quizá esto explique la forma en la que se llevan los casos de los acusados por corrupción. Por sobre el encarcelamiento está el interés por fragmentar a los “malos”.

La etiqueta de “fifís” tiene un doble fin: etiquetar a los contrarios, hacerlos visibles al presentar ciertos rasgos antagónicos al poder y fortalecer la unidad de los “buenos”.

Es evidente que, en el camino a la dominación, así sea un país extranjero, una sociedad o familia, es importante la creación de un enemigo común. Los mexicanos con Trump en EUA y los ‘‘fifís’’ de AMLO. Esto ayuda a fortalecer la unidad interna del grupo.

Al enemigo se le deben conferir propiedades casi demoniacas, lograr el encono de los propios en su contra. Para ello, la comunicación y sus medios son fundamentales; quizá por esto, sabiendo el presidente que algunos medios de comunicación no están con él y su visión, emprende su cacería mediante el desprestigio y la exhibición de los vínculos con el antiguo régimen.

Cancelar el poder comunicativo del adversario es fundamental en toda estrategia de dividir en buenos y malos.

Recordemos cómo en la Independencia iniciada en 1810, Hidalgo y Morelos, con la diferencia de que esta es justificada, utilizaron la imprenta, crearon periódicos con la ideología insurgente y difundieron las noticias y combates contra los realistas en la versión propia y, claro, lo mismo hacían los realistas.

Otro ejemplo del poder de los medios de comunicación a favor o en contra dentro de una estrategia de “divide y vencerás” es el caso de Francisco I. Madero, quien, en su idealismo liberal, permitió que la prensa lo ridiculizara, asumiera la vocería de los afines al porfiriato. Finalmente fue víctima de su estrategia al dividir en liberales y conservadores a los grupos de poder en México.

La literata Marta Harnecker en su libro Haciendo posible lo imposible. La izquierda en el umbral del siglo XXI, hace referencia a la utilidad de la división, pues una sociedad dividida es vulnerable. Claro, siendo ella una pensadora de izquierda radical, es comprensible que adjudique la estrategia a los neoliberales conservadores, aunque debemos recordar que los extremismos se acercan y utilizan las mismas herramientas con tal de extinguir al otro extremo, como afirma, otros contradicen su tesis y

Acusan Harnecker de que los gobiernos neoliberales de extremistas y por ello utilizan la fachada democrática para reforzar su autoritarismo. No hay diferencias entre los radicalismos de izquierda o derecha. en el siglo XXI, validan sus imposiciones por la vía de la legalidad y la democracia, lo que he llamado “democracias autoritarias”, veamos el caso de Baja California.

AMLO no inventó copio la estrategia de dividir al país en buenos y malos. Lo hicieron antes que él Hidalgo, Juárez, Díaz, Madero, y Cárdenas, entre otros personajes; a éstos les funcionó.

Algunas diferencias con ellos y AMLO es que buscaron el respaldo internacional, mantuvieron sectores de la prensa a su lado y no permitieron la unificación de los contrarios. Hoy, la estratega presidencial parece centrarse en las redes como medio de comunicación.

La estrategia de AMLO puede provocar que aplique la máxima de “enemigo de mi enemigo, mi amigo” y le echen cargada los llamados ‘‘fifís’’, conservadores, corruptos y chayoteros, al fin también conocen la estrategia. Otros dicen que el que sostiene a AMLO en lo internacionalmente , es al que han dado por llamar el candidato prematuro, Marcelo Ebrard.