Escribe: Javier Lozano

Conozco a Antonio Medina desde hace 10 años. De ahí, rápidamente supe el potencial tan avanzado que ha predominado en su carrera política; en ese panorama, podemos destacar el servicio que ha prevalecido en su tierra natal, Chinicuila. Quizá, estos espacios sirvan más a el análisis, la crítica, la opinión y la reflexión del quehacer político del devenir del territorio; sin embargo, es insoslayable no poder enfatizar como las figuras de nuestro Estado, se van afianzando mediante los rasgos naturales de su liderazgo, asimismo, cuando observamos la capacidad de gestión e insistencia para estructurar una efectiva administración.
Los atributos y las características de Antonio Medina, en particular, se pueden interpretar con el éxito de esa dirección que ha trazado, gracias al emprendimiento de establecer una agenda de fortalecimiento al municipio; sabemos de antemano que Chinicuila, es uno de los municipios que durante décadas, ha sufrido la desigualdad y la orfandad de gobiernos Estatales. No obstante, es inminente conocer esa enorme problemática para concentrar un abanico de propuestas a través de una visión; esa connotación sin duda, se dará al incentivar mecanismos y herramientas de gestión por medio de las instancias federales.
Ese papel activo cobró importancia cuando influyó en la operación y marcha de los tramos carreteros de su municipio; ahí, de destacó el elemento clave para establecer puentes con las autoridades federales y, mostrar el interés colectivo de una población que exigía la consolidación de obras que mejoraran la infraestructura carretera. Se logró, y fue coherente aquel proceso de campaña que estableció Antonio Medina en tiempos electorales. Lo anterior, solo enmarca el trascendental trabajo que está desempeñando el alcalde de Chinicuila; hoy por hoy, se siguen cosechando más ejes a través de un interesante esquema integral. Esa motivación, continuó movilizando varios elementos que consolidarán ahora una estructura educativa.
Ayer mismo, me dio mucho gusto poder observar que el Telebachillerato No. 33 de una de las localidades que pertenecer a la cabecera municipal de Chinicuila, comenzó a edificar su infraestructura para beneficiar a alumnos y docentes del subsistema, mediante la construcción aulas didácticas que servirán con la finalidad de aprovechar los servicios de enseñanza y aprendizaje que oferta está institución. En particular, fue muy gratificante porque en algún momento, fui parte de la plantilla docente que llevaba educación aquellas comunidades de alta y muy alta marginación en el programa de media superior.
Por ello, los resultados de esa voluntad y gestión, me provocó un enrome sentimiento y sensibilidad de saber que muchísimos adolescentes, contaran con un espacio académico a fin de desarrollar sus habilidades; hasta el momento, se inician la construcción, pero en un tiempo, aterrizaran aquellas concepciones del ejercicio político que se propuso Antonio Medina. Eso me inspiró para elaborar está narrativa, ya que los ciudadanos buscamos el bien común; —y que mejor que se transmitan por la capacidad y el liderazgo de los gobernantes que influyen y son conscientes de la mayúscula necesidad y precariedad en que se encuentran muchos habitantes. Eso, implica por supuesto el esfuerzo que se está capitalizando en un referente que posee una identidad que transita por la manifestación progresista. El desafió, era propiciado por revertir la exclusión que durante muchas décadas padeció Chinicuila; hoy en día, el escenario se torna alentador porque se ha confirmado que Antonio Medina es un actor que no solo ha crecido a pasos agigantados como político, sino, que mostró ese empuje que a veces es necesario en dirección a poner en alto a tu municipio.
Antonio Medina crece y va en ascenso porque ha considerado necesario concentrar todas las energías para estar a la altura de esas figuras destacadas de nuestro Estado.
En hora buena.