Escribe: Javier Lozano

Con el proceso para favorecer los avances sociales, culturales e históricos del esquema de la cuarta transformación, el presidente municipal de Apatzingán, ha mantenido una activa relación y vinculación con el director del Fondo de Cultura Económica Paco Ignacio Taibo II. El reconocimiento entonces, es haber hecho posible un encuentro en uno de los territorios donde clima natural es conocido como el corazón de la tierra caliente por su temperatura calurosa; sobre todo, en la temporada de verano donde alcanza hasta los 45°.

Hay que agradecer la valiosa intervención y colaboración de José Luis Cruz Lucatero. En realidad, la visita de Taibo II a la ciudad de Apatzingán el próximo 21 de febrero, revitaliza la voluntad de sembrar mecanismos y herramientas en el campo de la literatura. La forma más simple, es entregar y ofrecer una cultura que valla conformando hábitos emotivos a través de la experiencia de uno de los escritores que ha estructurado una narrativa apasionante de diversos episodios socioculturales de nuestro México; asimismo, Taibo posee un peso sobresaliente en el activismo que encauzo la implantación del proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, con ese dote natural.

Lo emblemático de uno de los personajes que más admiración le tengo, jugará un rol preponderante en la sociedad michoacana; pero, sobre todo de los apatzinguenses que son personas muy cálidas y con una capacidad gastronómica impresionante en la morisqueta y aporriadillo; esto, me hace rememorar que las raíces genéticas se sintetizan en recordar, que históricamente el movimiento constitucional se transmitió por los hechos anecdotarios de José María Morelos y Pavón, quien firmó la primera Carta magna de México el 22 de octubre de 1814.

Por ello, Apatzingán es un ejemplo del pasado cronológico y cultural. Y con este proceso que será denominado “Feria Literaria”, tendrá aún más interés dotado de un acompañamiento de un rostro que en lo particular admiro y respeto muchísimo; como no recordar la narrativa de “Francisco Villa”, y “Ernesto Guevara mejor conocido como el Che”, en la lingüística de Paco Ignacio Taibo II; eso, solo puede tener una concepción que denominaría: palpitante.

Sin lugar a dudas, hay que reconocer la capacidad individual del alcalde municipal de Apatzingán, Michoacán José Luis, quien, en consecuencia, hizo posible que logremos enfrentar esta enorme oportunidad que ocasiona, o está ocasionando, todos aquellos beneficios enriquecedores que podamos capitalizar en el pensamiento y la acción de Paco Ignacio Taibo II; más aún, cuando existe un paralelismo con ese bagaje impresionante que además de promover fragmentos críticos con el pasado histórico, resulta inquietante poder entablar un diálogo sobre la impresión curiosa que constituye la literatura que Taibo nos ofrece.

El 21 de febrero, se puede interpretar alrededor de un precedente anecdótico de uno de los municipios más bellos del Estado, y que, además he tenido la oportunidad de conocer grandes personalidades que promueven y alimentan esa cronología que constituye Apatzingán como el epicentro emancipador del decreto constitucional de 1814.

En hora buena a José Luis Cruz Lucatero, presidente municipal de Apatzingán, que hizo posible amalgamar el impacto que representa este hecho. Nos vemos en el valle de ese hermoso municipio, donde además se encuentran mis raíces familiares, para darle la bienvenida al director del Fondo

de Cultura Económica, que tendrá diversas actividades con jóvenes. Honestamente, los nervios comienzan a desempeñar un rol, como el motor emotivo de conocer nada más y nada menos que a Paco Ignacio Taibo II.