Morelia, Michoacán 22 de febrero 2020.- Nacido en una comunidad del municipio de Carácuaro, Michoacán, el futuro era sombrío para ese niño que compartía una pequeña choza de zacate con su madre, su abuela y una tía. Su madre, soltera, su abuela con una discapacidad motriz y su tía ciega. Así fueron los primeros años de Silvano Aureoles Conejo. Ahora gobernador de Michoacán, contó su historia a más de 6 mil jóvenes que asistieron al inicio de la Expo Universitaria 20-20.
Creció en un entorno por demás difícil, Silvano Aureoles recordó que tuvo que trabajar apenas pudo mantenerse en pie para ayudar en casa, “crecí en una condición de pobreza extrema total, sin tener ni lo básico para llegar al día siguiente”.
Hasta que cumplió once años pudo pisar un salón de clases. “En el lugar dónde yo crecí no había escuela. Tenía que caminar hora y media para llegar a donde estaba atravesando el cerro”. Además, la nueva pareja de su madre le impedía aprender, “mi padrastro no quería que yo fuera a la escuela. Decía que la escuela era para perder el tiempo y para gente sin quehacer”. El trato violento que recibió no amilanó la determinación de continuar con sus estudios y fue obligado a dejar su hogar, “era imposible entenderme con mi padrastro y me tuve que ir a los 13 años a Huetamo para seguir la lucha”.
Los jóvenes de bachillerato que asistieron a escuchar la presentación desconocían cómo inició la vida de Silvano Aureoles, y muchos de ellos al conocerla se identificaron, pues resulta muy parecida a la realidad que enfrentan.
Al llegar a Huetamo, sólo y con trece años tuvo que trabajar para salir adelante. “Vendía cubetas de agua, cargador de bultos en la terminal de autobuses, ayudante de albañil y de chofer; vendedor de nieves, aguas frescas y de pan; ayudante de talabartero y de huarachero. Los fines de semana cortaba limón que es un trabajo muy pesado y difícil. Así terminé la primaria y luego la secundaria, trabajando de siete de la mañana a una de la tarde, y a partir de las dos a la escuela”.
Silvano Aureoles Conejo estudió el bachillerato en Ciudad Hidalgo en donde siguió por la ruta del esfuerzo, marcada desde su más temprana edad. Ahí, cultivaba hortalizas y engordaba pollos; fue cargador de material para construcción y vendió libros. Luego ingresó a la Universidad Autónoma de Chapingo, en donde fue líder estudiantil. Fue electo presidente municipal de Zitácuaro, diputado federal, senador de la república. Antes de convertirse en gobernador de Michoacán, ocupó el cargó más elevado del Congreso de la Unión, Presidiendo la Junta de Coordinación Política del mismo.