Órbita
#UnDíaSinNosotras, la polarización
Por Patricia Padrón
La polarización, intento de descrédito y el surgimiento de un movimiento detractor generalizado, encabezado por la no primera dama, Beatriz Gutiérrez Müller, flanquean al llamado nacional #UnDíaSinNosotras previsto para el próximo 9 de marzo, donde se convoca a todas las mujeres del país a no comprar ni vender nada, no acudir al trabajo o a la escuela, y en caso de no poder hacerlo, asistir con una playera color morado que simbolice la sororidad con el movimiento.
Esta iniciativa ciudadana surge del hartazgo y exigencia de justicia por la ola de feminicidios que no paran en México, y donde no se vislumbra a lo lejos la implementación de acciones contundentes para frenarlo, mientras las autoridades se muestran torpes en la investigación de este tipo de casos, como el de la pequeña Fátima e Ingrid Escamilla y la de muchas mujeres más.
Hoy se sabe, que la niña de 7 años murió poco antes de ser encontrada en un costal, fue hasta entonces que las autoridades revisaron las cámaras de videovigilancia, que desencadenó en la captura de una pareja como presuntos responsables del feminicidio que tiene conmocionada a la nación.
Pero, ¿por qué no hacerlo antes?, después, el gobierno de la Ciudad de México filtró información relacionada a la acusación por maltrato a la menor, en un intento por desviar la atención a lo realmente importante, su omisión en la respuesta y tratamiento del caso, aunque el hubiera no existe, probablemente otra sería la historia si en lugar de resolver un crimen, lo hubieran evitado.
A lo que voy con todo lo anterior, es que este caso es un claro ejemplo de cómo el Estado Mexicano no solo es indolente y omiso, sino que, además, revictimiza a las víctimas y da a los criminales la oportunidad para perpetrar este tipo de crímenes tan atroces, es una pena que la jefa de gobierno emanada de Morena, Claudia Sheinbaum, a pesar de ser mujer no sea capaz de, inicio, tener empatía hacia la gente que gobierna, ya no hablemos de ponerse en sus zapatos.
El país, sin duda convulsionará si las mujeres decidimos no salir a la calle el 9 de marzo, pero en un país lleno de impunidad, es necesario sentar un precedente, que el presidente Andrés Manuel López Obrador entienda la magnitud del problema; no señor presidente, no somos neoliberales, ni queremos afectar a su gobierno, somos mujeres que tememos salir a la calle y exigimos las garantías mínimas indispensables para hacerlo, es nuestro derecho y su obligación cumplirlo.