Escribe: Javier Lozano

Por cuestiones laborales tuve que quedarme en Apatzingán, Michoacán. Lo hago, hace varios días que decidí contribuir con las recomendaciones que expone el sistema de salud federal, a través del Dr. Hugo López-Gatell Ramírez. Con el afán de mantener el seguimiento con la información que se proporciona, estoy al tanto del contenido que se desplaza desde la Ciudad de México; asimismo, de la difusión que se emite en la capital de mi Estado, así como del municipio de la región de la tierra caliente que ha sido mi albergue provisional; muy probablemente lo sea algunas semanas más, mientras exista el protocolo de intervención de las autoridades.
Aunque el mayor tiempo lo dedico a realizar algunas actividades en casa, me ha tocado presenciar el esquema suficiente para informar a la sociedad sobre los lineamientos que devienen; se trata de un ejercicio de difusión que es encabezado por el presidente municipal, José Luis Cruz Lucatero. Esos procedimientos han tomado un trascendental dinamismo, porque la ciudadanía ha hecho conciencia de la situación actual que vive Michoacán y todo el país; tal es así, que las mismas autoridades locales, han desplazado enormemente un itinerario que depende en gran medida de la voluntad de los diversos sectores. Se comenzó en influir en el factor fundamental de los cuidados personales; y ha ido escalando en estrategias de sanitización de las principales plazas públicas.
Independientemente que Apatzingán, es un municipio en el que afortunadamente no existen casos de Covd-19, la sociedad no deja de tomar medidas. Lo hace en los supermercados donde he tenido que acudir a comprar alimentos; favorece y promueve la sana distancia en establecimientos bancarios donde naturalmente se concentra un número sustancial de personas. Eso habla de que se logró con éxito al menos las normas rígidas para contrarrestar cualquier propagación; asimismo, mostró la capacidad a fin de organizar la movilidad y el tránsito de las actividades rutinarias que resultan indispensables.
Finalmente, la experiencia y el aprendizaje que hemos adquirido a través de este fenómeno, es que no debemos esperar a que se rompa esa barrera de no contagios; hay una mayúscula ventaja, pero eso no significa que se baje la guardia a ponderar que es innecesario. Considero estratégico la planeación que realiza la autoridad local que encabeza José Luis Cruz Lucatero; mientas más se insista, mayor concientización se fomentará para que siga prevaleciendo el clima. Hasta hoy en día se ha producido un enorme efecto; por supuesto que la amenaza continúa latente; lo está en todas partes del país, sin embargo, la acción y el funcionamiento crean una asistencia oportuna; quizá aquí sea importantísimo esa combinación que ha tomado protagonismo: la prevención temprana explicita que sigue empujando tenazmente la figura del edil, y de todo su equipo de colaboradores; asimismo, la capacidad que ha generado la sociedad que ha encontrado con mayor fuerza, la orientación adecuada que da paso a un sólido compromiso.
Apatzingán se prepara para cualquier escenario. Más allá de que afortunadamente no existen casos de Covid-19, no se deja de abonar en absoluto, sobre todo, porque se ha adquirido una interpretación de mucha madurez. Hay que tener presente que se ha desempeñado una campaña a favor de seguir quedándonos en casa; aunque para muchos resulta imposible por la cuestión laboral, hay que continuar haciendo lo propio, justo con las normas de sanidad. Tratándose de un Estado de emergencia, Apatzingán lo ha hecho muy bien en coordinación con el trabajo paralelo de sus autoridades, que encabeza el presidente José Luis Cruz Lucatero.