Morelia, Michoacán a 11 de noviembre de 2020.- Hace cuatro años, Gerardo Padilla y Eleazar López, iniciaron un proyecto con el único propósito de mantenerse ocupados mientras cumplían sus respectivas condenas en el Centro Penitenciario “David Franco Rodríguez”, hoy son propietarios de una exitosa marca comercial que tiene en puerta la exportación a países como España, Brasil e Inglaterra.
Se trata de la marca artesanal “Palo”, nombre que resume los apellidos de los dos socios (Padilla y López), quienes en su condición de personas privadas de la libertad, mediante trabajo duro y una gran visión, se convirtieron en empresarios y actualmente otorgan empleo a cerca de 20 personas dentro y fuera del centro penitenciario.

“Es muy padre, porque no nos lo imaginábamos, obviamente cuando emprendes la idea es tener éxito, pero nunca pensamos que a este nivel, sinceramente, al principio lo hicimos para mantenernos ocupados, pero cuando vimos que era un producto muy bueno y la gente nos pedía más y más, fue que nos dimos cuenta de la magnitud del proyecto y fue cuando empezamos a hacer más modelos y diseños ¡ahora hemos vistos fotos de nuestro producto en España y Londres!”, recuerda Gerardo Padilla.

El producto que ellos realizan son bolsas artesanales tejidas de polietileno con aplicaciones de cuero y metal, con una la calidad y diseño únicos, además de ser ellos quienes trasladaron este concepto a los carritos del supermercado, lo que ha despertado el interés de grandes compañías como Grupo Soriana y otra en Brasil, pero también muchas imitaciones, por lo que el diseño industrial de “Palo”, está registrado ante el IMPI por Padilla y López.
Asimismo, la empresa cuenta con todo un proyecto de comercialización que incluye el manejo de redes sociales oficiales a través de la esposa de Gerardo Padilla, quien es diseñadora y fotógrafa profesional.

Al interior del centro penitenciario, la oficina central de “Palo” resalta de entre el resto de los talleres por su decoración, otorgada principalmente por el exhibidor de sus productos artesanales, cuidadosamente diseñado, acorde a la imagen y calidad de la marca, pero en realidad se trata de los mismos espacios que usan todos los artesanos que trabajan en la nave industrial del centro.

Sin embargo, ser dos emprendedores privados de la libertad implica muchos retos, toda vez que la empresa no ha logrado concretar contratos de producción masiva, por no contar con una cantidad suficiente de trabajadores capacitados y material para elaborar el producto con los estrictos controles de calidad que maneja “Palo”, pero Gerardo Padilla confía en que eso sucederá en breve, pues la empresa cuenta con todos los registros de ley ante el IMPI y la SHCP, además de que ya están concluidos los proyectos de exportación y se están capacitando a más trabajadores privados de la libertad.

Más allá del próspero negocio, resaltó que el proyecto ha sido muy importante para su proceso de reinserción, “porque estoy haciendo algo productivo, me mantengo ocupado mientras cumplo mi condena y puedo ayudar a más personas aquí, también tenemos un grupo de gente que las revende, les damos un precio de mayoreo, ellos se encargan de venderlas, obtienen ingresos y eso es una satisfacción, el estar ayudando a las personas”.

Finalmente, Gerardo Padilla señaló que la empresa continuará cuando ambos socios cumplan su sentencia (uno y cuatro años, respectivamente), “y nos iremos con la satisfacción de que cumplimos cabalmente nuestra condena, y habrá sido tiempo valioso, bien invertido, productivo para nosotros y que mejor que retribuir a la sociedad capacitando y dando empleo a más personas, dentro y fuera del centro penitenciario”.

Los productos de Padilla y López se pueden adquirir a través de sus redes sociales bajo el nombre “Palo Ecoartesanal”, o bien a través del área de Industria del Trabajo de la Coordinación del Sistema Penitenciario del Estado de Michoacán, al teléfono 4431672102.