Por: Lilia Cisneros Luján (Estoy actualizando mis correos. Puedes dejar comentarios en Facebook, twiter o linkedin)
7 de diciembre 2021.-Equilibrio es un concepto casi vital. Un valiente que cruza espacios a gran altura caerá y morirá sin estabilización en su ejercicio. Cualquier ser humano cuya proporción de alimentos es mayor a la energía consumida, va a terminar con serias afectaciones en su salud y si desde que eres un menor que a mediados de semana ya agotó el recurso que sus padres le otorgan el domingo, lo más probable es que la ausencia de sensatez en el gasto le llevará a ser un adulto, que difícilmente logrará una proporción sana entre lo que obtiene y lo que gasta.
En el mundo empresarial es un hecho que las finanzas sanas resultan de una relación proporcionada entre los ingresos, el gasto y los adeudos, sin soslayar las ganancias, que es una forma de ingreso y las ventajas de las inversiones. Solo administrando y gastando estratégicamente es que al final del día una empresa tiene éxito.
Mantener finanzas sanas en el ámbito público, implica contener de forma permanente el gasto en actividades que quizá retribuyan favorablemente a la imagen del gobierno o de alguno de sus miembros, aunque en detrimento del crecimiento social, -la educación, la salud, la vivienda, el empleo- la innovación tecnológica, la promoción del arte y la cultura, la seguridad en todos sus aspectos, el respeto a las leyes y en general todo aquello que promueva la creatividad en la imaginación y el desarrollo colectivo. Un gobierno que intente promover estos valores mediante la dádiva sin compromiso que a final del día solo resuelve la necesidad inmediata, aunque sin bases para un futuro sustentable; solo producirá delirio, conductas insanas –como las practicadas por la delincuencia- síndromes de abulia o la histeria y por supuesto un seguro quiebre del gobierno que actúa sin prudencia o de forma pusilánime.
La mayoría de las universidades, públicas y privadas, han incluido en sus curricula[1] el estudio de las finanzas, descrita en la mayoría de los casos como una rama de la economía, vislumbrada como las formas de obtener dinero. Por supuesto con el ingrediente de gestionar su uso de la forma más inteligente. Lograr congruencia y efectividad en las actividades que cumplan este fin, producirá riqueza, lo cual incluye ahorros para la inversión futura o inmediata. ¿Se está logrando esto con la CFE y PEMEX? ¿Cuántos expertos en la materia están trabajando para contar con finanzas adecuadas en los países que integran lo fue el tratado de libre comercio? ¿En serio es bueno para México que se legalicen los llamados autos chocolate? ¿Cuál es la fórmula financiera para considerar como ingreso presupuestal los envíos de los mexicanos que viven en Estados Unidos?
En el nivel que tienen las finanzas en este siglo XXI, los expertos –cuando menos licenciados- en la materia se presume que son estrategas capacitados para analizar y/o interpretar circunstancias macro y microeconómicas, que les permitan ofrecer recomendaciones, a aquellos responsabilizados del rumbo sensato de una empresa o entidad pública. El no gastar, como medida permanente de presupuestos ecuánimes ¿es sano o deriva en ejercicios pusilánimes a veces cercanos al temor del uso de recursos erróneo? ¿Ha conocido personas con suficiente liquidez y dinero que guardan sus billetes en escondrijos y usan un mecate en vez de un cinturón para amarrarse los pantalones? ¿Qué es un usurero que no gasta? Contar con finanzas estables no es sinónimo de vivir sin deudas, sino la oportunidad de invertir, mejorando el ahorro y contando con una mejor economía, casi siempre en aumento.
En una empresa o gobierno donde las finanzas son malsanas, además de tener el valor de decirle a quien toma las decisiones que las cosas no van bien, es menester encontrar cual es la causa primordial de tal hecho como cuando en la OCDE, se señaló que México era el país más desigual de los que pertenecen a dicho organismo. ¿Se logra disminuir tal motivo, solo con acusar a quien se supone causante de tal desigualdad? El tema puede tener perfil filosófico, histórico, ideológico o sociológico; pero lo más probable es que se trate de un inadecuado manejo de las finanzas, que permitan un equilibrio que dé al cuerpo social y político, la posibilidad de convertir toda la actividad en ocupación ecuánime que evite el malestar y el descontento entre los diversos grupos que conforman cualquier sociedad moderna. Las marchas, tomas de edificios, reacciones virulentas de la población en contra de cuerpos de seguridad y el aumento de represores ¿tienen alguna relación con el manejo de las finanzas públicas?
Según la opinión de la OCDE y otros organismos similares, un terrible futuro ya nos alcanzó y para resolverlo es menester contar con ecuanimidad, moderación, pero sobre todo sensatez que nos permita neutralizar el malestar o cuando menos el descontento, que ha hecho señalar a las democracias modernas como algo malévolo, incapaz de proveer los derechos humanos, la justicia y en general el Estado de derecho por los que tantos hemos luchado. ¿Por qué en muchos países las personas jubiladas temen que se les limiten sus derechos? ¿Es posible paliar los defectos financieros con caridades ajenas a las responsabilidades? ¿Cómo es que los beneficios sociales logrados a lo largo de los años se están derrumbando, como aquel rey que se soñaba con pies de barro? Creo que muchos han expresado lo que está mal y lo que debe hacerse y recuerdo a Confucio quien sentenció: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes”