¿Feliz cumpleaños presidente?
Cuando llovía me entraba
el agua hasta el alma.
Julio Cortázar
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
La década de los 60 y 70 estuvo marcada en México por los gobiernos más autoritarios del PRI, lo más rancio y la mano dura en todos los frentes se hicieron sentir, eso sí, ninguno de los presidentes de entonces, como ahora, logró resolver los problemas de la posrevolución y se convirtieron en un cúmulo de discursos demagógicos, claro, fundamentados en el nacionalismo que se habían construido para manipular a la ciudadanía, los populistas antes que López Obrador fueron del Revolucionario Institucional.
Ayer cumplió cien años Luis Echeverría Álvarez, un personaje que a pesar de los años sigue siendo icono del autoritarismo, sobre él pesa haber sido cómplice de la matanza estudiantil de 1968 cuando era secretario de Gobernación y el presidente Gustavo Díaz Ordaz quien murió pensando que salvó a México de algún complot comunista gestado en las universidades. Luego Echeverría ocupó Los Pinos y se dio la represión de 1971 conocido como el “halconazo”, los hechos están consignados en los libros de historia y en las crónicas periodísticas.
Hace seis años me incorporé a trabajar en la revista China Hoy que pertenece, como todos los medios de ese país al gobierno. Ellos, los chinos, le tienen un gran respeto a Echeverría Álvarez, pues fue en 1972 cuando se establecieron vínculos diplomáticos con este país, lo que permitió que les abrieran las puertas y se iniciara una gran relación en diferentes frentes, por eso le realizan un festejo en su casa, aunque por su avanzada edad y la pandemia este se ha suspendido en los últimos dos años.
A esa celebración solía acudir hasta el embajador de China y sus colaboradores, además de un puñado de invitados muy bien seleccionados y varios que sobreviven y acompañaron al ex presidente como quienes manejaron la comunicación social. El asunto debería ser siempre discreto, mostrar respeto, hablar poco y siempre dirigirse a él como presidente, porque eso dice quienes lo atienden, le gusta.
A Luis Echeverría lo tenían que bajar cargando con todo y su silla de ruedas en la que está postrado desde hace años, una postal muy fuerte para un personaje que se sintió todo poderoso, quien tomó decisiones que enlutó a muchas familias, los presidentes priistas de la época eran inalcanzables o así se sentían. Luego en la reunión seguían las fotografías con los chinos, que le tenían estima y se lo demostraban, después de vuelta a su habitación, de nuevo lo cargaban y regresaba donde seguramente sigue siendo presa de su pensamiento, porque eso sí todos coinciden en que sigue lúcido.
Así los presidentes del fin de siglo pasado le han quedado a deber a México y los de este siglo no cantan nada mal las rancheras, incluso López Obrador tiene tintes de ese autoritarismo que por fortuna no volvió y no por ellos sino por la sociedad, cualquier logro del gobierno de Echeverría quedo en la sombra, encarna los capítulos más oscuros del México moderno y puede ser un espejo para el Pejelagarto… Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
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Hasta la próxima.