Por Arturo Suárez Ramírez

Cuando Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto ocuparon la Presidencia de la República, se ganaron la desaprobación de una parte de la ciudadanía, obviamente López Obrador en las calles tenía mucho empuje y mostraba el músculo a la menor provocación. Así en tiempos de la guerra contra el narcotráfico se amuralló por primera vez el Palacio Nacional, en las ceremonias del grito de independencia se filtraba a quienes entraban al primer cuadro y se les acarreaba de municipios cercanos para que no tuviera falla la fiesta del presidente, los miembros del Estado Mayor se paseaban intimidatoriamente entre los asistentes para controlar cualquier protesta, con todo y eso se llevaron sus rechiflas en varias ocasiones.

López Obrador llegó como un personaje cercano a la gente, se podía pasear por las calles, comer en las fondas y darse el lujo de sorprender a los peatones al salir de Palacio Nacional por la puerta lateral que da a Corregidora y tomarse fotos con sus seguidores. Cuatro años después la situación cambió radicalmente, tal y como le pasó a Vicente Fox, el Pejelagarto no puede pasear por las calles porque vendrán reclamos. Hoy Palacio Nacional y sus calles circundantes como Corregidora y sobre todo Moneda están secuestradas, cerradas al público y más cuando se está llevando a cabo la mañanera, únicamente pasa quien sus encargados de seguridad dispongan luego de una inspección ocular, así López ha perdido su cercanía con la gente, por lo menos en la Ciudad de México, aunque para llenarle la Plaza de la Constitución usan las mismas prácticas que los anteriores.

Mientras los problemas consumen a la capital del país, la jefa de Gobierno anda en franca campaña política, se promueve y se pasea como la consentida del presidente, eso sí, cínicamente pide que se le descuente el día que se ausenta, pero no es la única, lo mismo hace Adán Augusto y Marcelo Ebrard, ninguno se quiere quedar fuera de la carrera por la grande. Así se mostró el fin de semana pasado en Toluca, varios incurrieron en actos anticipados de campaña que deberían ser denunciados y sancionados. Pero volviendo al tema, lo mejor sería que se fueran de franca campaña y dejar el cargo en el que medio cumplen la encomienda.

A unos pasos de donde despacha el presidente López y Claudia Sheinbaum es territorio cooptado por los cárteles de la droga, los empresarios y comerciantes se quejan del cobro de piso, dicen que los policías de la ciudad no hacen nada, quizá no puede, o no quieren entrarle al toro, pero de que hay un alto índice de inseguridad en la zona es verdad. El mismo Omar García Harfuch ha reconocido el crecimiento de las extorsiones y la operación del narcotráfico en la Ciudad de México, lo que tanto negaron le cobró factura en un atentado al jefe de la policía que afortunadamente salvó la vida, no así dos personas que murieron en el lugar.

Luego de ese delicado episodio y con la salida de Alfonso Durazo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Claudia Sheinbaum lo quiso nominar para el cargo, fueron a Palacio Nacional, hicieron antesala para ser recibidos por López Obrador, pero en un desplante hacia su corcholata favorita, no les dio la cita y se fueron con el fracaso. Pero desde el actual puesto, Omar García Harfuch construye su candidatura por la Jefatura de Gobierno con el apoyo de su jefa.

Aunque no hay buenas cuentas en seguridad para la Ciudad, de hecho, en la penúltima semana de mayo el número de desaparecidos en la capital del país era de 3 mil 600 de acuerdo con cifras oficiales, a la semana siguiente se triplicó a 11 mil 200. Hace unos días el periodista Blas Alejo Buendía fue detenido en un retén por elementos de SSPC a cargo Harfuch, le dijeron que su vehículo tenía reporte de robo, lo trasladaron al MP donde llegaron sus abogados y otros compañeros periodistas, luego los oficiales y el MP se desistieron porque según había sido un error, los hechos quedaron bajo la carpeta número CI-FIGAM/GAM-4/UI-1 y C/D/00909/06-2022. Blas es autor del libro “Crímenes ocultos de López Obrador”, bajo el contexto en el que estamos la detención arbitraria se presta para cualquier elucubración.

Lo mismo sucede con los elementos que vigilan el primer cuadro, mientras delincuentes cobran derecho de piso a plena luz del día, fueron levantadas con lujo de violencia dos comerciantes indígenas de las cuales una es menos de edad, ahí queda el video de los abusos de la policía de la Ciudad de México, la policía de la media candidata, de la media jefa de gobierno Claudia Sheinbaum Pardo… pero mejor ahí la dejamos.