Nunca afirmes, alude siempre:
las alusiones están hechas
para probar el espíritu y sondar el corazón.
Umberto Eco
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Enrique Peña Nieto llegó al poder en el 2012 cuando le ganó a López Obrador en las elecciones que fueron calificadas como válidas, claro que para el caudillo de Macuspana hubo un fraude con la compra de votos mediante las tarjetas Monex, pero ni López ni los suyos presentaron las pruebas que acreditaron ese dicho y de nueva cuenta perdió la presidencia con quien se convirtió, diría Giovanni Sartori, en un telepresidente confeccionado desde las oficinas suntuosas de las televisoras.
La promesa de Peña Nieto era el progreso del país mediante las Reformas Estructurales del Estado que se aprobaron mediante el “Pacto por México” que aglutinó a los partidos políticos, eso enfureció a López Obrador quien terminó por salir del PRD y formar su partido Morena, lo que convirtió al “sol azteca” en un cascarón. El gobierno de figurín Enrique Peña Nieto llegó a la cúspide de la crisis cuando la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, desaparecieron 43 normalistas que estudiaban en Ayotzinapa. El gobierno de Peña no supo cómo reaccionar, lo hizo días después cuando la indignación era internacional.
Las investigaciones del caso estuvieron viciadas de origen, como si la consigna fuera tapar y construir una narrativa inmediata que le bajara la intensidad al repudio contra Peña y su gobierno que para esa fecha ya daba tintes de la gran corrupción y frivolidad en la que vivían. Así el procurador de justicia Jesús Murillo Karam fue el encargado de conducir las indagatorias que construyó la “verdad histórica” que no convenció a nadie, con eso se intentó sepultar el caso, solo consiguieron que se incrementara la inconformidad ciudadana que se las cobró en el 2018.
Muchos de los que hoy gobiernan estaban en la oposición y el caso se politizó por el gobierno federal pero también por los “zopilotes” que sacaron raja política, aunque no calcularon que los nombres de sus compañeros del PRD salieron a relucir como Ángel Heladio Aguirre que era el gobernador y José Luis Abarca el alcalde de Iguala, su esposa María de los Ángeles Pineda que fueron encarcelados y al final puestos en libertad. De igual manera en versiones periodísticas ya se nombraba a quien fuera encargado de la Policía Federal en Guerrero, Omar García Harfuch, a siete años de distancia y con la detención y audiencia de Jesús Murillo Karam, el ministerio público mencionó al funcionario de Claudia Sheinbaum.
En el caso de los 43 desaparecidos poco a poco se va convirtiendo en un tema que no será resuelto por completo, y más aún cuando Alejandro Encinas detalló que en la investigación del caso han muerto o sido ejecutadas 26 personas clave para obtener información, desafortunadamente se inscribirá con el magnicidio de Luis Donaldo Colosio en el 94, la matanza de Tlatelolco en 1968, la masacre de Aguas Blancas y otros en los que se construyen verdades, pero no hay certeza, no hay castigados a los responsables y gana la impunidad.
Aquí se lo dije, que Claudia Sheinbaum andaba muy ocupada promocionando y construyendo una candidatura para García Harfuch. También le dije que hasta hicieron antesala en Palacio Nacional cuando Alfonso Durazo dejó tirada la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para irse de campaña, López Obrador ni los recibió, aunque hubo varios intentos de hablarle al oído al Pejelagarto, se puede inferir que tenían calculado los posibles daños en caso de ir por los probables responsables.
Pronto veremos si Claudia Sheinbaum se aferra en su defensa como lo hizo con Florencia Serranía quien “solamente era la directora del Metro” cuando vino la desgracia de la Línea 12 del Metro y dejó 26 muertos. Si de verdad se destapa toda la porquería que está detrás del caso de los 43, varios de los que hoy son funcionarios del gobierno de López serían alcanzados como el secretario de la Marina, a quien incluso López Obrador deslindó de responsabilidades, pero que versiones periodísticas como “La Verdadera Noche de Iguala” lo señalan por su actuación en ese hecho, cuando Rafael Ojeda era jefe de la zona naval de Guerrero.
Todos los caminos llevan a Peña Nieto, pero solo irán por él si se complica la elección del 2024… mejor ahí la dejamos.