Escribe: Javier Lozano

La larga trayectoria del proceso que signó el contrato para fortalecer el rubro educativo, llegó a buen puerto. En ello, coincidimos con Antonio Madriz Estrada, quien es el actual presidente de la mesa directiva del Congreso, y titular de la comisión de Educación. Estos cambios del sistema básico, arrojaran finalmente una certidumbre pedagógica y laboral; esto va alcanzar solidez, porque las políticas Lopezobradoristas, han sostenido un rasgo definitorio en dirección a coadyuvar en el fortalecimiento de nuestro Estado. ¡Ya era necesario! Michoacán marcó una inclinación negativa por el encono y la ambigüedad que produjeron profundos efectos de exclusión y marginación social.

¿Pero cómo se gesta esta proceso?

Michoacán es uno de los epicentros y bastiones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación: el grupo disidente de profesores que ha sobresalido desde hace muchos años, por protagonizar una agenda de larga lucha a través de las movilización y la acción que ha destacado por etapas durísimas de represión de gobiernos neoliberales; quizá, el periodo más complejo que incluso sacudió a toda la estructura a raíz de la ofensiva frontal de choque, pero también, en el rediseño y modificación de un marco pedagógico que en términos reales era una verdadero experimento porque nunca se contempló el trabajo integral según a las necesidades de los diferentes ambientes educativos, fue cuando consumaron una reforma educativa en complicidad con un bloque de partidos endebles, serviles y subordinados a un pacto por México. (PAN, PRD, PRI, PVEM)

Como consecuencia de esa revuelta, los Estados adoptaron una política educativa que no cumplía ni siquiera con las funciones básicas de ofrecer un esquema de mayor calidad; asimismo, se suscitó la: problemática de incertidumbre que emergió cuando los salarios y las prestaciones llegaron a ser una omisión para las autoridades. Esos factores, incidieron en momentos sumamente difíciles de menosprecio por la gestación implacable de una reforma que fue un verdadero fracaso. Sin embargo, se adoptó como uno de los mayores logros de la administración de EPN.

Esa endeble experimentación, quedó atrapada en la incertidumbre de miles de maestros que fueron arrinconados por una evaluación estandarizada y punitiva; en ese planteamiento, nace la desobediencia encabezada por un clima de lucha, pero de igual forma, por el panorama sociopolítico que contempló uno de los ejes centrales de la campaña de Andrés Manuel López Obrador; y ese compromiso de fortalecer la ruptura y desaparición de una certeza instruccional y laboral.

Tras varias injusticias Estatales y Federales, López obrador y el magisterio, conformaron una alianza de apoyo para empujar el proyecto de reconstrucción y transición. Esa columna vertebral, tuvo un alcance importantísimo; la magnitud del triunfo de AMLO, abrió la brecha con la finalidad de comenzar a tener interlocución con la dirigencia nacional de la CNTE. Ese momento clave fue

cuando se gestó la modificación al artículo tercero; esto pude entenderse entonces, como la nueva oportunidad del bloque magisterial que siempre demostró una enorme capacidad de resistencia.

Ante ello, surge el planteamiento de Federalizar la nómina magisterial. A partir de esa premisa, desciframos la incapacidad de un gobierno Estatal de Michoacán, que siempre maltrató la relación con aquellas prácticas demagógicas y dilatorias. Por ello, me resulta un estupor que ahora se pretenda enaltecer la abogada vinculación a fortalecer el rubro del territorio; ha quedado claramente definido, que es Andrés Manuel López Obrador y el secretario Esteban Moctezuma los protagonistas de este motor. Para comprender esta connotación, es indudable realizar una introspección que ha sostenido la palanca de transformación de la 4T. Es cierto se insistió, pero, eso nos permitió descifrar dos razones medulares: el Estado no tuvo nunca la habilidad notable a estructurar un esquema educativo; y segunda, el tema pretende encontrar resonancia coyuntural de una crisis ideológica que ha padecido últimamente el PRD.

Si hacemos una comparación, es notable que la voluntad de Andrés Manuel y Esteban Moctezuma, demostraran no solo la sensibilidad que a lo largo de años sufrieron el desprecio de las autoridades locales, sino también, el compromiso de no socavar más el estancamiento que en términos educativos ha constituido un desastre, porque Michoacán durante décadas, se ha situado en los últimos lugares de aprovechamiento, mientras las prioridades de los gobiernos Estatales se ha manifestado en una retórica que se ha ido esfumando; lamentablemente hemos sufrido las consecuencias de eso, sin embargo, parece que el clima que ha sido capaz de formular López Obrador es altamente favorable.

No hay pretextos para no fortalecer otras áreas de oportunidad que luchan incansablemente por superar esa desigualdad y exclusión de la que son objeto. Ayer se firmó el acuerdo de federalización de la nómina entre las autoridades Estatales de Michoacán, así como la dependencia de Hacienda y el mismo titular de la Secretaria de Educación Pública. Esto afianza más la consolidación de las políticas Lopezobradoristas que a mi entender, han llevado a buen puerto porque su compromiso con Michoacán es y ha ido siempre ayudar: eso está clarísimo.

Bien Andrés Manuel, esté es un logró de esa visión vanguardista y progresista que posees, la de coadyuvar con los sectores sociales, populares, educativos y culturales. López Obrador le cumple a nuestro territorio, sin trabas, ni rodeos; AMLO ofrece una nueva etapa de transformación, en eso coincidimos con el presidente de la mesa directiva y titular de la cartera de Educación en el Congreso Local Antonio Madriz Estrada; lo busqué rápidamente para conocer su concepción y me comentó: “El mandatario federal concretó su promesa de incentivar el rubro instruccional”. En ello, concorde con él.