Por: Fernando Pérez Chávez
¡Dispendio de Corcholatas!.
Una Mentira la Austeridad.
Bedolla Solapa Candidatos.
La austeridad republicana que pregona el presidente Andrés Manuel López Obrador, una más de sus mentiras, porque es ofensivo el dispendio de recursos en la campañas de las “corcholatas” presidenciales, que han inundado decenas de ciudades y carreteras en el país con espectaculares.
Y en el Estado de Michoacán, el fallido gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, imita a su amo el presidente y en lugar de ponerse a trabajar para buscar la solución a los problemas de los michoacanos con actos, espectaculares y prebendas promueve a sus “corcholatas”, Carlos Torres Piña, secretario de Gobierno y a Luis Navarro García, secretario de finanzas, con recursos del erario para el senado y para la presidencia municipal de Morelia.
La verdad el dispendio de recursos es evidente, es ilegal y ofende al pueblo bueno y sabio, así que sería bueno que las corcholatas presidenciables de Morena: Claudia que dice que no sabe nada; Marcelo que los paga la editorial y Adán Augusto, que hace como que la Virgen le hablara, pero ninguno responde de dónde salieron los 64 millones de pesos para pagar los más de 720 espectaculares de la pre-precampaña de estos aspirantes presidenciales.
Ante este escenario actores políticos tanto de Morena como el precandidato Ricardo Monreal y de oposición criticaron el dispendio de recursos en la campaña de las “corcholatas” presidenciales, que han inundado decenas de ciudades y carreteras de Guadalajara, Monterrey, Michoacán, entre otras entidades en el país con espectaculares.
Por otro lado, en Michoacán sucede lo mismo, pero con la salvedad de que los dos secretarios del gobierno de Michoacán, no se han separado de sus cargos y son solapados y apoyados con recursos públicos por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
Finalmente ojalá y que los partidos de oposición presenten alguna denuncia contra las “corcholatas” presidenciables de Morena, ante los órganos electorales por los actos anticipados de campaña y por el dispendio de recursos públicos, que deberían de ser utilizados para comprar medicinas para los hospitales del país.