Por: Fernando Pérez Chávez

Violencia y Terrorismo en Michoacán.

Padre Exige la Intervención de la ONU.

Fracasa Plan de Abrazos y no Balazos.

El sacerdote Gregorio López, conocido como Padre Goyo, colectivos e integrantes de la sociedad civil enviaron una misiva al alto comisionado de la Organización de las naciones Unidas para pedir su intervención para pacificar la región de Tierra Caliente, en Michoacán, ante la creciente violencia y terrorismo que persiste porque no paran los muertos.

Ante la emergencia y el fracaso de la estrategia de seguridad de abrazos y no balazos del gobierno estatal y federal siguió el ejemplo del ex gobernador perredista Silvano Aureoles, quien solicitó a la ONU su intervención para anular la narcoelección del 6 de junio de 2021, porque en México el presidente Andrés Manuel López Obrador nunca lo quiso recibir para presentar las pruebas de la participación de la delincuencia organizada en los comicios.

En un desplegado el padre Goyo pide la intervención de organismos internacionales para pacificar los municipios de Apatzingán, Chinicuila, Tepalcatepec, Buenavista, Coalcomán, Aguililla y Aquila, del estado de Michoacán, así como el reconocimiento de un conflicto bélico existente en la región de tierra caliente, donde desde hace meses se vive en zozobra.

Y es que los abrazos no están superando a los balazos, pero según el gobernador Alfredo Ramírez y su amo el presidente afirman que están ganando terreno, pero la verdad es sólo un discurso triunfalista porque en los hechos, pese a que se percibe mediáticamente una tensa calma, parece que el diablo se puede desatar en cualquier momento.

Por otro lado, está claro que no hay estrategias que acierten a parar la masacre en la entidad y por ello exigen que ante el clima manifiesto de violencia y terrorismo que se vive en los municipios de desplazamiento forzado de civiles, desaparecidos, homicidios, secuestros, así como la confrontación entre grupos criminales, se implemente en forma inmediata la justicia transicional en esta región.

Finalmente en la misiva se expresa que los michoacanos quieren ser escuchados ante la omisión del gobierno en materia de seguridad en algunas comunidades, acción que es preocupante, porque los crímenes no paran. “No más teatros, que nuestra gente se merece lo mejor, no exigimos más que los derechos humanos fundamentales para nuestros hermanos”.