Por Padre Pistolas

– En San Lucas aparece la petición de los discípulos de Cristo de que Cristo los enseñe a hacer oración, viendo tanta devoción y eficacia de su oración.
– Cristo les enseña el padre nuestro, resumen de todo el evangelio.
– La oración tiene estas características:
– 1ª. Atención en alcohólicos anónimos hacen al comienzo de la sección la oración de la serenidad, unos toman café o té, otros fuman, le están viendo las piernas a las damas, ¿pues quien chingados les hace caso? Nadie menos Dios.
– 2ª. Humildad, el orgullo hace mal a todo mundo sobre todo a Dios.
– 3ª. Confianza, Dios nos ama, pidan con toda confianza si dudan mejor no pidan nada.
– 4ª. Insistencia como Adán, ¿y si son 50, 40, 30, 20, 10 justos los castigarás? Pero no los había en Sodoma.
– Cristo tenía la plena convicción, tenía que hacerse presente en la vida cotidiana.
– La primera necesidad que nos presenta el padre nuestro es “darnos hoy nuestro pan de cada día.
– La segunda petición es el perdón. El pecado además debe de ser erradicado y además restaurar el daño o restituir algo del daño a los afectados.
– Debemos de quitarnos la idea del perdón barato, algunos dicen como los protestantes liderados por Martín Lutero: ten fe y peca todo lo que quieras.
– Puedo matar, violar, robar no ir a misa y basta con confesarme antes de morir me voy al cielo.
– Eso es una vil mentira, se necesita hacer un buen examen de conciencia, que no se nos pase nada, confesar los pecados con toda claridad, nada de que tuve un mal pensamiento y salir embarazada, estar profundamente arrepentido, tener el firme propósito de enmendarse y no tener ningún rencor a Dios se le pide lo mismo que se le ofrece perdonar todo lo que nos han ofendido, a nosotros.
– Pero sobre todo reparar el daño, ayudar a la viuda del que matamos, restituir lo robado o algo que valga lo mismo si no al dueño porque haya muerto a sus deudos y aquí está el pedo, nadie restituye lo robado, no hay perdón y si hay infierno, les recomiendo que no se roben nada porque es la forma más barata de condenarse.
– Lo primero que tenemos que pedir es que el nombre de Dios sea santificado.
– Venga a nosotros tu reino “El reino de Dios no es comida ni bebida, si no justicia y paz.
– Debemos trabajar para ganarnos el pan de cada día, de otra forma ese pan es robado.
– Los mexicanos reclaman una espiritualidad de justicia ante tanta violencia, corrupción e impunidad, a los sacerdotes nos ha fallado el convencer que ya no haya secuestros, asesinatos y robos.
– En la biblia justo se llama al que se esfuerza por hacer cumplir la voluntad de Dios.
– No hemos recibido un espíritu de temor si un espíritu que nos hace exclamar a Dios “Papacito” y nos ayuda porque es bueno aunque nosotros seamos malos.
– Llegó un padre nuevo al pueblo y lo invitan a comer a la casa del presidente municipal y a la hora de la comida:
– Le dice el padrecito al presidente: fíjese que confesé mucha gente y a la primera señora le oí que era adultera.
– Sale la señora y le dice al presidente: “fíjate viejo que fui la primera que me confesé con el padrecito”
Que Dios los bendiga.