Por: José López Rodríguez

En algunos estratos de la comunidad política de Michoacán causó sorpresa la incorporación de Antonio Soto Sánchez al gabinete del morenista, Alfredo Ramírez Bedolla. En el mes de abril de 2023, el “prestidigitador” Soto Sánchez asumió una posición testimonial en la estructura del gabinete, Jefe de Oficinas Sectoriales. Lo que pocos conocen es que el excristobalista y exsilvanista (entre otros muchos “ex”) llegó a desempeñar una función de enlace político-electoral entre Jesus Zambrano Grijalva y Ramírez Bedolla.
Desde finales del 2022, Alfredo Ramirez Bedolla y su pequeña burbuja, siempre supervisados por los cancerberos del bunker ideológico, identificaron que a través del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no tendrían oportunidad de darle viabilidad a su proyecto político (proyecto alejado de AMLO y Sheinbaum), por lo cual decidieron buscar aliados en otros partidos para asegurar una gobernabilidad a modo, alejada de la dirigencia nacional de Morena y el obradorismo. El primero de los aliados elegido fue el Partido Verde, el segundo el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Más del 70% de los integrantes del gobierno morenista, en todos los niveles, militaron en el PRD o formaron parte del gobierno de Silvano Aureoles, por lo cual no fue nada difícil identificar el “enlace” para llegar hasta Zambrano, a sabiendas que en el terreno local el comité estaba controlado por el exgobernador. Un hombre cercano y que tuviera la confianza de los llamados, “chuchos”, ligero de escrúpulos, distinguido por su ingratitud y que se pudiera controlar con un lazo de billetes amarrado a su cuello: Antonio Soto Sánchez. Los últimos días del 2022 quedó pactada la alianza.
El objetivo que comparten Bedolla y Zambrano es la aniquilación política de Silvano Aureoles. El exgobernador es la peor pesadilla de ambos personajes, principalmente por dos razones, la primera, Aureoles tarde o temprano, arrebatará a “los chuchos” la dirigencia del partido; y la otra, su sombra cubre la errática e intrascendente administración bedollista.
Durante todo el periodo de gobierno de Silvano Aureoles, en lo público y lo privado, Jesús Zambrano presumió como “sus posiciones” en la estructura, “su tributo” por ser el tlatoani del sol azrteca a Antonio Soto y Juan Carlos Barragán; los dos elásticos contorsionistas de “la grilla” que dejaron a los amarillos para enquistarse en la cuatroté. Otro ligero de escrúpulos es Víctor Manríquez que también se fue pero, a Movimiento Ciudadano.
El jueves 2 de marzo de 2023 Octavio Ocampo convocó a una Mesa Política del PRD celebrada en conocido restaurante de la capital michoacana. A la discusión, entre cortes de carne y finos vinos de mesa, asistieron Martín García Avilés, Juan Bernardo Corona, Alberto Frutis, Antonio García, Silvano Aureoles, Aracely Saucedo, Lupillo Aguilera, Cecilia Lazo y Antonio Soto Sánchez. Algunos de los asistentes comentaron, luego del ágape, que les preocupó la insistencia de Soto para abrirle un espacio a Carlos Torres Piña de vuelta en el partido.
A partir de ese momento fue evidente lo que pasaba y Soto no pudo fingir más. No podía continuar como espía en el PRD, se había descubierto el doble juego. Antonio Soto no se fue del todo, necesitaba tener un alfil muy cerca de Octavio Ocampo para controlarlo: Helder Valencia Soto, su sobrino, desempeña esa deplorable función.
En la siguiente entrega, las “becas” de la fiscalía, el cash de Octavio Ocampo.