Por Christián Gutiérrez

Morelia, Mich., a 4 de enero de 2020.- La política real (real politik) se juega en dos carriles cuando se hace de manera profesional: por aire (neurocomunicación política y neuromarketing político tradicional y digital), y por tierra (operación, gestión, negociación y ejercicio del poder político).

Cristóbal Arias Solís, que deseaba ser candidato del Morena a Gobernador de Michoacán, se quedó en la orilla y ahora tendrá que reiniciar su proyecto en la entidad, para aterrizarlo en este 2021. Sin duda, es un político con olfato y guerrero, con grupo político y no creo que inicie de cero. Lo más seguro es que busque crecer, aún más allá de la senaduría que ostenta.

¿Qué sigue para Cristóbal ahora que el alcalde de Morelia, Raúl Morón le ganó la candidatura?

Cristóbal Arias es sagaz y me parece que puede jugar una de tres cartas:

1. Si su molestia es real, puede tratar de reventar la campaña de Raúl Morón y de manera indirecta, a los que aseguró conspiraron en su contra: Lázaro Cárdenas Batel y LeoneGodoy Rangél. ¿Cómo hacerlo? Buscando la candidatura a Gobernador en otro partido político, y competir para ganar y convertirse en Gobernador.

2. Si su molestia es real, pero juega a no perder, estará ejerciendo toda la presión posible para sentar a Raúl Morón en una mesa de negociación y arrancarle posiciones en un posible gabinete del Ejecutivo, candidaturas a diputaciones locales, posiciones en planillas municipales y posiciones en el equipo de campaña de Raúl Morón.

3. Si su molestia es real, pero juega a no perder, puede ser que no busque la candidatura a Gobernador en otro partido, pero sí ofrecerle a ese Partido -que también podría ser la Gran Alianza (PAN, PRI, PRD)-, su grupo político y su capital, con la idea de colocarlos y procurar su sobrevivencia en el tiempo y con esto, ayudar a que no gane Raúl Morón. Desde luego, en este escenario también podría pedir candidaturas y posiciones en un posible gabinete del Ejecutivo.

La intuición me dice que la más viable para Cristóbal Arias será la primera carta: medirse con una encuesta propia, y entonces acercarse a otro Partido o a la Gran Alianza, con la idea de negociar y convertirse en candidato a Gobernador.

Si logra aterrizar en un proyecto que no sea la Gran Alianza por Michoacán, podrá colocar también candidaturas y posiciones presentes y futuras para su grupo político.

Pero si logra hacerlo con la Gran Alianza por Michoacán, será muy complicado que logre más candidaturas y posiciones para su grupo, salvo que con su encuesta tenga “números suficientes” para comprobar que tiene fuerza y entonces negociar.

Con sinceridad, me parece que no lo logrará con la Gran Alianza, en donde percibo más la narrativa pública encaminada hacia Carlos Herrera Tello.

En la real politik, la venganza es un plato que se come en frío y Cristóbal Arias tiene o por lo menos generó la percepción de que tiene equipo político y capital para buscar negociar y trascender. Desde luego, ese plato podrá comérselo.

Arias Solís es un animal político que está herido y sus rivales en el Morena Nacional lo derribaron, pero no lo noquearon; y hay que recordar que un rival que no es exterminado, siempre tendrá la oportunidad de levantarse aún más iracundo y continuar peleando.

Así percibo a Cristóbal Arias: muy enojado, lo cual en este momento debilita a la marca política Morena Michoacán y a su candidato, Raúl Morón.

En este momento, este escenario no puede ser más óptimo para la Gran Alianza por Michoacán, pero la carrera apenas comenzó.

* El autor es consultor, estudia la maestría en Comunicación, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.