Morelia, Michoacán, a 3 de febrero de 2019.- El esplendor arqueológico de Michoacán puede observarse y conocerse a través de sus ciudades prehispánicas, entre las que destacan: Tzintzuntzan, capital del Imperio Purépecha e Ihuatzio.

Turistas y visitantes que recorren Michoacán durante este fin de semana largo pueden visitar y conocer vestigios de culturas extraordinarias que se asentaron en Michoacán, mucho antes de la llegada de los españoles.

En Tzintzuntzan encontrarán las Yácatas, cinco grandes estructuras escalonadas, con una parte rectangular y otra redondeada. Estas impresionantes construcciones son en realidad los basamentos de piedra volcánica sobre los que se construirían los templos de madera.

Ihuatzio fue la primera sede del imperio purépecha. El sitio se distingue por los huatziri, es decir, caminos elevados que delimitaban los espacios y que servían como senderos al interior del sitio. Durante su época de mayor esplendor el área nuclear de Ihuatzio abarcó aproximadamente 150 hectáreas en donde se han identificado 84 estructuras, de las cuales sólo se han expuesto siete.

Ihuatzio en lengua purépecha significa “en la casa del coyote”. Originalmente la zona llevaba el nombre de Yacatécharo. La primera ocupación del sitio correspondió a grupos de habla náhuatl y con influencia tolteca. Posteriormente llegaron los purépechas al Lago de Pátzcuaro y adquirieron poder con lo que dominaron la región.

La zona arqueológica de Tingambato, es un sitio arqueológico de gran valor histórico ya que en sus construcciones se puede encontrar la influencia de la arquitectura teotihuacana, por lo que supone que el sitio fue habitado antes del surgimiento de la cultura tarasca, del año 600 al 900 D.C. Aquí se puede apreciar un juego de pelota en desnivel, ruinas de diversas habitaciones y plazas, restos de un acueducto y una pirámide de siete niveles con base cuadrada.

En cuanto a la zona arqueológica Zirahuato-San Felipe los Alzati, en el municipio de Zitácuaro, estudios arqueológicos realizados en el sitio indican que la zona data del periodo posclásico tardío. Ésta se sitúa en la frontera entre los mexicas y los tarascos, por lo que su función primordial se cree que era la defensa territorial. En los recientes trabajos efectuados en la zona, los materiales cerámicos obtenidos cuentan con características similares a los de otras áreas culturales con mayor antigüedad, por lo que podría ser un sitio que utilizaron de paso para trasladar mercancía del centro de México hacia Occidente y viceversa.

La zona arqueológica La Nopalera, se ubica en el municipio de Huandacareo al noroeste del Lago de Cuitzeo, estudios muestran que dicha área data del periodo posclásico tardío de la cultura purépecha. Se cree que este lugar servía como sitio político y poco religioso donde se impartía justicia, incluso cuenta con un lugar conocido como “El Patio de las Tumbas”.

Tres Cerritos está situado en el municipio de Cuitzeo, debe su nombre a la apariencia de las principales estructuras arquitectónicas del lugar. Se trata de un asentamiento prehispánico donde se encontraron los restos de 23 personas y 175 petrograbados; sin embargo, se desconocen las raíces culturales.

En la zona arqueológica Tres Cerritos se ha podido delimitar que existieron por lo menos dos periodos importantes de ocupación: el primero asociado con los desarrollos locales de Cuitzeo en el que se observan elementos cerámicos y arquitectónicos que guardan gran similitud con los provenientes de Teotihuacán; el segundo momento, determina la llegada de grupos ligados con el imperio tarasco, quienes utilizaron el sitio para sepultar a sus muertos encima de los muros y dentro de los derrumbes de las estructuras.

La Secretaría de Turismo (Sectur), invita a paseantes y visitante a respetar los sitios arqueológicos michoacanos, atendiendo los reglamentos que cada uno tiene.