Morelia, Mich., a 10 de Noviembre de 2019
HACIA LA CVIII ASAMBLEA PLENARIA DE LA CEM
Con alegría y esperanza los Obispos de México nos reuniremos en Asamblea
Plenaria del 11 al 15 del presente mes en Casa Lago, Sede de la Conferencia del
Episcopado Mexicano, trabajaremos 176 participantes, entre Arzobispos, Obispos,
Administradores diocesanos de México, sacerdotes y asesores expertos,
ofreciendo respuestas pastorales concretas, ante los graves desafíos de nuestra
Iglesia en México, mirando e interpretando nuestra realidad con ojos y corazón de
pastores, orientados por nuestro Proyecto Global de Pastoral 2031-2033,
buscando ser fermento que fortalezca los valores en nuestro país.
En este encuentro seguiremos dialogando sobre nuestros cuatro ejes temáticos:
jóvenes, protección de menores, formación del clero y migrantes; además de otros
temas importantes, como la construcción de paz, la libertad religiosa, la
reestructuración del CELAM, y el recién concluido Sínodo Panamazónico.
Tres serán los temas que específicamente profundizaremos durante esta
Asamblea:
1. El primero tiene que ver con los desafíos ante el anuncio del Evangelio,
titulado Kerygmático-Místico, es decir, mirar a nuestra Iglesia en torno a la
situación actual de nuestra catequesis y de la transmisión de la fe.
2. El segundo tiene que ver con el desafío Comunitario-Sinodal: Vemos la
necesidad de fortalecer nuestras comunidades e instancias pastorales, de
aprender a caminar juntos, de ser Iglesia en salida y tomar mayor
consciencia de la misión que el Señor nos encomendó como pueblo al
servicio de la sociedad. Se insistirá en buscar caminos para que la
Parroquia, como comunidad de comunidades, sea fermento de
transformación en la sociedad (cfr. 75-77 PGP).
3. El tercero tiene que ver con el gran reto Ético-Moral, el cual requiere
escrutar, a la luz del Espíritu Santo, si la Iglesia en México ha sabido ser
fermento que trastoca los valores humanos de la sociedad en la que está
inserta, y qué necesita para enfrentar este desafío desde el Evangelio.
Encomendamos los trabajos de esta CVIII Asamblea Plenaria del Episcopado
Mexicano a la intercesión de Santa María de Guadalupe y de nuestro Patrono, san
Rafael Guízar y Valencia para que podamos descubrir los caminos que edificarán
nuestra Iglesia y transformarán la realidad de violencia que vivimos, en otra de
armonía, fraternidad y paz.
DÍA MUNDIAL DE LA CIENCIA PARA LA PAZ Y EL DESARROLLO
Ciencia, Paz y Desarrollo son tres conceptos que no se deben separar, sino al
contrario, tienen que nutrirse e ir muy de la mano. Las Naciones Unidas celebra
cada año el 10 de noviembre el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el
Desarrollo. En este 2019 se enfatiza sobre una “ciencia abierta”, no solo en el
sentido de apertura para la comunidad investigadora, sino que se refiere a una
ciencia abierta en cuanto a ciencia accesible a la sociedad, disponible para todos.
La ciencia es la herramienta que el ser humano ha creado tanto para
comprender el mundo que le rodea, como para aplicar esos conocimientos en su
beneficio. Los avances científicos nos permiten hallar soluciones a los nuevos
desafíos económicos, sociales y medioambientales con los que se puede construir
un futuro sostenible. La ciencia tiene, además, un papel en la construcción de la
paz al fomentar la cooperación internacional para alcanzar el desarrollo sostenible.
El objetivo de este día es renovar el compromiso global en pro de la ciencia
para la paz y el desarrollo, y hacer hincapié en la utilización responsable de la
ciencia en beneficio de las sociedades y en particular, para la erradicación de la
pobreza y en pro de la seguridad humana.
La Iglesia apoya la ciencia porque desencadena desarrollo, su buen uso y
distribución nos conduce a la paz. La ciencia es uno de los atributos más nobles
del hombre. A través de la búsqueda, el hombre llega a la Verdad: uno de los
nombres más hermosos que Dios se ha dado a Sí mismo. Porque la Iglesia está
convencida de que no puede haber contradicción real entre la ciencia y la fe, ya
que toda realidad procede en última instancia de Dios Creador (cf. Gaudium et
spes, 36).
El mundo científico se ha convertido en uno de los principales sectores de la
actividad de la sociedad moderna, descubre también, a la luz de la reflexión y de
la experiencia, la amplitud y al mismo tiempo la importancia de sus
responsabilidades. La ciencia moderna y la técnica que se deriva de ella se han
convertido en un verdadero poder y constituyen el objeto de políticas o de
estrategias socio-económicas, que no son neutrales para el futuro del hombre.
La Iglesia siente aprecio por el esfuerzo realizado por los científicos con el fin
de hacer prevalecer los objetivos urgentes que requiere la prosecución del
desarrollo del hombre y de la paz, esto es resultado cuando los recursos
científicos se ponen al servicio de la persona. Nuestro mundo tiene necesidad de
inteligencias capaces de alcanzar los conjuntos y de hacer progresar el saber
hacia el conocimiento humanizado y hacia la sabiduría. La ciencia debe abrirse a
la sabiduría, es decir, convertirse en crecimiento del hombre y de todo el hombre.
+ Juan Espinoza Jiménez
Obispo Auxiliar de Morelia