Morelia, Michi., a 2 de septiembre de 2019.- La iglesia católica michoacana se pronunció en favor de la donación de órganos y tejidos con fines de trasplante, a través de una ceremonia religiosa efectuada en la Catedral de Morelia, a la que asistieron decenas de familias donadoras y pacientes trasplantados.
El presbítero Abraham Díaz Hernández aseguró que la donación es un acto de humildad y de sencillez porque significa un reencuentro con Dios.
Ante cientos de feligreses convocados por la asociación civil “Dona vida”, de familias donadoras michoacanas, el sacerdote oficiante señaló que la donación es una labor caritativa y que nace del encuentro con Dios, misma que le permite a una persona receptora, tener una vida más digna.
Teniendo como marco, decenas de fotografías de las personas fallecidas -en su mayoría de jóvenes- colocadas al pie del altar del recinto católico, cuyas familias donaron sus órganos y tejidos para ser trasplantados en otras personas que ahora viven gracias a esa intervención quirúrgica, el sacerdote añadió que a quienes donan, Dios les ha dado la oportunidad de compartir su propia vida.
Expuso que quienes han recibido un órgano o tejido (receptores) pueden a su vez compartir vida traducida en actitudes de servicio a los demás.
Después de la ceremonia religiosa, las familias donadoras y los pacientes trasplantados posaron para una fotografía general en el exterior de la Catedral de Morelia, ante médicos de diversas instituciones de salud pública, que también fueron convocados para tal efecto.
Entre otras familias donadoras, estuvieron presentes dos de Purépero, Michoacán, cuyos hijos menores de 18 años, fallecieron por traumatismo cráneo encefálico y de manera cerebral, mismas que, en un acto de valentía, amor a sus semejantes y altruismo, en medio del dolor por la partida física de su niño, donaron sus órganos y tejidos para que otras familias pudieran vivir o recuperar la vista (en el caso de las córneas).
Ambas familias, a nombre de los presentes, aseguraron que el acto de la donación es desprenderse de alguien amado en aras de que con su muerte se pueda dar vida a otras personas.
Finalmente, personal médico de algunas instituciones de salud pública, coincidieron en señalar que hoy en día el acto de la donación se ve frenado por las creencias religiosas, en virtud de que la sociedad mexicana piensa que, si una persona dona sus órganos y tejidos, no alcanza la salvación de su alma.
Insistieron en que precisamente estos actos religiosos o los acercamientos de las diversas iglesias con sus seguidores, permiten clarificar a la misma sociedad de que sí es posible alcanzar el cielo gracias al acto de amor que significa la donación de órganos y tejidos con fines de trasplante.