Por Maritza Carranza
Me da tristeza leer, escuchar y ver este tipo de noticias, me indignan… me enojan y me ponen a reflexionar sobre lo frágil que es la vida de cada una de nosotras por el simple hecho de ser mujeres. Jessica nos abrió los ojos a lo vulnerable que seguimos siendo como hijas, madres, hermanas, primas, amigas por el solo hecho de ser mujeres.
Durante días en la cabeza me pasaban los momentos de desesperación de los padres, hermanos, amigos, de todos los que pedimos a Dios que ojalá regresara con bien a casa, lamentablemente no fue así… alguien sin escrúpulos, sin sentimientos y sin razón privó de la vida a una joven con sueños, ilusiones y mucho futuro por delante.
Un viernes triste, lleno de lagrimas, de coraje y con una gran interrogante en la Cabeza de miles ¿Porqué lo hizo?
Es dura esta realidad llena de violencia, de agresiones, de tristeza rodeada ante tantas injusticias. Hoy como cada vez que asesinan a una de nosotras pedimos a gritos y suplicas ¡Justicia! Que caiga todo el peso de La Ley sobre todo aquel que prive de la vida sin escrúpulos a una de nosotras. Porque hoy es indignante ver la facilidad con la que pueden llegar a apagar la luz de cualquiera de nosotras
Lo digo firmemente, es una tarea de todos el formar ciudadanos con valores, íntegros, sanos psicológicamente, completos emocionalmente. Hoy suplico que luchemos por el respeto a una vida libre de violencia, una vida donde tengamos la libertad de ser, de pensar pero sobre todo de existir.
¡Justicia! Ante este acto inhumano, que hoy nos ha dejado perplejos y fríos sobre esa descomposición social en la que estamos viviendo. No habrá palabra ni consuelo para esos padres que perdieron a su hija… para sus hermanos… amigos, para todos… porque ella es parte de todos aquellos que estamos sintiendo en este momento ese coraje e indignación ante lo sucedido… ¡Justicia para Jessica!