Por: José Cruz Delgado

Alfredo Castillo y Enrique Ochoa quieren imponer a Salvador Jara en el CDE del PRI

*Con Jara se acabará el tricolor, pues nunca ha sido priista

Si la dupla del mal lo imponen habrá desbandada de notables militantes

Si hay imposiciones habrá una rebelión priista

En el pasado proceso electoral el priismo michoacano sufrió una derrota que solo en una ocasión se había visto, gracias a la intromisión tres negros personajes que no dejaron que los priistas decidieran y de manera malévola impusieron candidatos a su arbitrio y en el pecado llevaron la penitencia al tomar decisiones unilaterales desde el centro, me refiero a los tristemente célebres Alfredo Castillo Cervantes, Enrique Ochoa Reza y Salvador Jara Guerrero, quien por cierto, este último ni siquiera priista ha sido.

Pues resulta que la dupla del mal, me refiero a Castillo y Ochoa, culpables de la pasada derrota electoral, no se cansan de hacerle daño al PRI, pues ahora han urdido un plan para apoderarse del tricolor en Michoacán y junto con otro acabado político que ni siquiera vale la pena mencionar, se metieron hasta las entrañas del CEN para imponer al ex gobernador Salvador Jara Guerrero como presidente del CDE.

Este maquiavélico plan ha causado un gran descontento entre la militancia al considerar que si hay tal imposición sería una falta de respeto a los priistas y por ende habrá desbandada de notables y renuncias masivas, pero lo peor de todo es que todo el esfuerzo realizado por el actual CDE del PRI se vendría abajo. Es más, los más fatídicos dicen que se perdería el registro en Michoacán.

Un connotado priista es sin duda Cuauhtémoc Ramírez Romero, quien también fuera dirigente estatal de la CNC, quien ha alzado la voz y se dirigió a todos los priistas de Michoacán para denunciar las maniobras de Castillo Cervantes y Enrique Ochoa Reza en contubernio con el nefasto Salvador Jara Guerrero y me pareció muy importante dicha denuncia por eso se reproduce el texto que dice lo siguiente:

A los Priistas.

A los michoacanos.

Ante los acontecimientos que se viven al interior del PRI estatal, en mi condición de representante de la Planilla Única registrada oportuna y adecuadamente, para renovar el Consejo Político Estatal, en noviembre del año pasado, comparto con priistas y michoacanos todos, la información.

En noviembre el CEN del PRI emitió convocatoria para la renovación el Consejo Político Estatal, registramos oportunamente una planilla con 282 propietarios y 282 suplentes. Se le negó el registro porque desconocen la militancia de los integrantes y estamos combatiendo esa indebida decisión en los Tribunales Electorales. Jurídicamente nos asiste la razón.

Sin que ese proceso estuviera definitivamente concluido, el CEN lanzó una nueva convocatoria.

La postura del Comité Nacional es que en Michoacán hay varias expresiones políticas: marcadamente dicen la de Enrique Ochoa Reza, Marco Polo y de Salvador Jara.

Nosotros pedimos ir a la elección, rotundamente se negaron. Y como si fueran “dueños” de militantes y partido dijeron: a cada uno le tocan tantos consejeros y el Comité Nacional va a poner el 20 por ciento de estos.

Esto resulta inaceptable, ir contra la voluntad de la militancia perdemos credibilidad y la confianza ciudadana, con los resultados electorales que conocemos; con el tiempo nos dimos cuenta que lo que el Comité Nacional quiere es tomar el partido estatalmente, para empoderar a los políticos que responden al interés de quien tenemos tan malos recuerdos: Alfredo Castillo.

No hay certeza de cómo finalmente vaya a quedar el Consejo Político, nosotros usaremos todas las vías legales.

Está claro que su maniobra es dejar pasar el tiempo para sustituir a Víctor Silva Tejeda como Presidente Estatal con un delegado nombrado por el Presidente Nacional, que llevará a cuestas el apellido Castillo.

No podemos convalidar un proceso de renovación del Consejo Político, que se hace con toda inequidad y menos aún para convalidar una dirigencia estatal a capricho del presidente del Comité Nacional.

El Comité Nacional no ha respetado la legalidad, no respeta el valor de la militancia y pretende imponer; asume una actitud dictatorial, con un desdén por la voluntad de la militancia que no le dejan votar y decidir.

Nuestra decisión y actitud no es resultado de un capricho ni apresurada. Tomamos distancia de procedimientos legalmente torcidos porque siempre hemos respetado a la militancia. Por nuestra convicción que es la misma que la de la mayoría de la militancia, no podemos convalidar decisiones cuyo objetivo no es la de fortalecer el partido, sino entregar la dirigencia grupos que en el pasado reciente dañaron al estado, le faltaron al respeto a los actores importantes de la entidad y provocaron una derrota desastrosa del PRI.

Con ese PRI no vamos a ningún lado. Somos priistas pero somos distintos. La verdadera militancia no amenaza, no utiliza la estructura del poder para fines propios y no inventa candidatos que van a las urnas a perder. La verdadera militancia asume con humildad la derrota y trabaja con todos para ganar un espacio de gobierno en el que haya beneficio colectivo.

Por esta razón, ante procesos impositivos, de inequidad, hemos decidido no participar en ellos, para no convalidar decisiones antidemocráticas. Es un acto de congruencia, de dignidad.

El tiempo, inexorable, pone las cosas en su lugar.

Efectivamente, el tiempo pondrá cada cosa en su lugar, el problema es que ya no hay tiempo, la imposición viene en camino, no importa si es Salvador Jara o alguien más.

Lo que habría de hacer el CEN priista es dejar que la militancia decida su destino, el propio presidente nacional Alejandro Moreno Cárdenas dijo que con él habría un nuevo PRI, que se le iba a dar el lugar que merece la base, pero al parecer, esa promesa quedó en el discurso y ahora le quieren dar otro golpe más mortal que el anterior el priismo michoacano con una imposición gestada por “pandilleros políticos”: Enrique Ochoa Reza, Marco Polo Aguirre, Alfredo Castillo Cervantes y Salvador Jara Guerrero, entre otros.

¿Habrá alguien cuerdo que siga a estos tres negros personajes?

Lo que sí es cierto que estos pendencieros de la política le faltaron al respeto a los actores más importantes de la entidad y provocaron una derrota desastrosa del PRI.

Está cierto que cuando en Michoacán no hay ingerencia de las pandillas políticas se gana, pues los priistas de Michoacán son maduros, saben lo que hacen y como hacer las cosas y lo han demostrado y son disciplinados y ya no requieren de tutelas de nadie. Cuando los dejan actuar ganan y cuando les mandan testaferros pierden.
Tienen mucha razón al enojarse, pues se tiene la experiencia de la elección pasada, cuando el entonces Enrique Ochoa Reza, por órdenes de Castillo Cervantes, junto con una nefasta camarilla de supuestos priistas desleales impusieron candidatos a puestos de elección popular y el resultado fue desastroso, porque donde no pudieron imponer se ganó.
Los que simulan ser priistas traicionan a su partido porque quieren seguir en el poder aunque sea apoyando a otros partidos porque velan por sus intereses personales menos los del PRI y lo único que hacen es velar poder y el dinero.
El dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno Cárdenas, debe dejar que los priistas de cada estado decidan su futuro, no debe haber imposiciones, de otra manera el tricolor podría desaparecer, al menos en Michoacán todo el trabajo realizado por la actual dirigencia se irá a la basura y de nada serviría tanto trabajo y esfuerzo.
Las decisiones del PRI en cada entidad las debe tomar la militancia y ya no estar dependiendo de lo ordenen desde la cúpula del CEN del tricolor, claro que debe haber coordinación más no imposición como en el pasado si es que quiere sobrevivir o prefiera ser un lacayo de Morena o de cualquier otro partido.
Moreno Cárdenas se debe escuchar aquellas voces malvadas y mal intencionadas que lo único que buscan son intereses personales y de grupo, no la unidad del partido.

Enrique Ochoa Reza, Castillo Cervantes y Jara Guerrero le hicieron mucho daño al PRI. Hay que recordar que Castillo impuso como gobernador sustituto a Jara y el resultado fue desastroso al igual que la elección. Jara fue el peor gobernador de la historia de Michoacán, a quien de pronto le salió lo priista, pero no lo es, traicionó a los michoacanos por órdenes de Castillo, ambos personajes son repudiados y ellos lo saben, pero como no tiene ni tantita dignidad les vale madre lo que digan de ellos.
Señor presidente Alejandro Moreno, deje que los priistas decidan su futuro, por el bien de su partido y ya no escuche las voces de los traidores que solo asoman la cabeza cuando es tiempo de elecciones, esos son los enemigos y no los que se están partiendo la «madre» para sacar adelante al PRI las 24 horas del día.

El clamor de los priistas de Michoacán es que no deje que los pandilleros del decidan por ellos.

Y es verdad Alito prometió que sería la base que decidiera y que no habría más imposiciones porque eso le hizo mucho daño al PRI, ojalá no quede en el discurso porque la factura la pagaría muy caro. Al tiempo.

Podría haber una rebelión priista si hay imposiciones y esto no es conveniente porque está cerca el proceso electoral y otro resultado desastroso sería la tumba del tricolor en Michoacán.