Por José Cruz Delgado
El oficio político de Reginaldo
Nadie puede negar el buen oficio político del diputado federal por el Partido del Trabajo, Reginaldo Sandoval Flores, es un líder nato con cualidades que pocos tienen.
El también dirigente del PT en Michoacán, ha crecido como la espuma políticamente hablando, es un personaje con oficio político, su liderazgo, como dicen en mi tierra, es de “naciencia”.
En Michoacán al PT lo levantó rápidamente, porque estaba por los suelos, daba lastima, sin embargo, poco a poco empezó a levantarse, buscó líderes locales y regionales, logrando crear cuadros valiosos que empezaron a trabajar y empujar fuerte, había lugares que no sabían que era el Partido del Trabajo, pero algunos jóvenes que creían en él y lo empezaron a promocionar logrando buenos resultados.
En la actualidad, se puede decir, ya puede caminar solo, sin silla de ruedas, pues cada día aumenta su militancia, jóvenes y adultos se acercan al PT, creen en él porque no les ha fallado, sobre todo, creen en su líder Regional Sandoval Flores.
Bueno, pues resulta que el petista podría convertirse en el próximo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Baja, precisamente por su liderazgo, lo cual sería un gran honor para él, y para cualquiera. Sin duda, si llegase haría un magnífico papel.
Y bueno ya que hablamos del PT, resulta que siempre estuvo en contra de la nueva ley de educación que en días pasados se autorizó y que el viernes pasado fue publicada en el Periódico Oficial del estado, una ley, por cierto, impulsada por el legislador local morenistas, Antonio Madriz Estrada, quien la defendió a capa y espada, y era lógico, pues le fue enviada por uno de los lacayos del presidente, me refiero al secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, y Sandoval Flores, lo dijo bien, “en el PT no somos ciegos ni sumisos”, y de verdad fue una postura digna la que asumió ante la aprobación de la mentada “Ley Machote” porque es un atentado a la educación y a los maestros.
Ya comenté en entregas anteriores, los petistas van a ir con todo para que sea derogada, claro, por la vía jurídica ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.