LA COLUMNA: Raymundo Arreola, todo un cacique. ¡Pero de los pobres!

Por José Cruz Delgado

*Sus adversarios lo quieren fuera de la política por envidia y quieren su retiro

*Su jubilación como político está muy lejos pese a lo que digan sus detractores

*El nepotismo no es su fuerte y su honestidad está más que probada

Morelia, Mich.- En política se gana y se personajes muy populares y carismáticos como Raymundo Arreola Ortega, actualmente presidente municipal, que son reelectos por su buen desempeño al frente de la comunidad, pero ello también causa envidias, incluso hasta en su propia gente, entre sus supuestos amigos y hasta de su propio partido haciendo creer que hay hartazgo entre los gobernados, que ya quieren caras nuevas porque dicen que sin siempre los mismos.

Los años que lleva en política el llamado Atila de Nueva Italia, según sus adversarios políticos lo están llevando a la decadencia, eso dicen, pero en lo personal está en pleno apogeo, como dicen en mi tierra, en su mero punto, y si los ciudadanos lo admiran y respetan es por algo ¿no cree usted?

Es un buen político y seguramente sabrá cuando retirarse de las grandes ligas como los grandes y no tiene necesidad de que sus adversarios lo apuren o intenten crearle conflictos por el hecho de ser un buen líder.

Pura envidia o ¿no?

Dicen que ya llegó la hora de que Raymundo se retire, que es tiempo de darle oportunidad a otros, que los ciudadanos están cansados de los mismos de siempre, pero insisto, eso dicen sus adversarios políticos, no es el sentir de la población mugiquense.

Ahora bien, el ser un ganador causa envidias y se crean conflictos políticos y si creen algunos que es la hora del retiro de Raymundo, es muy respetable su opinión, pero tiene aún mucho que dar a su pueblo y lo digo porque he estado en ese municipio y la gente lo estima, así que yo no creo que sea hora de su retiro. ¿Pura envida no?

Hay municipios dónde se han creado cacicazgos como Tarímbaro, con Baltazar Gaona Sánchez y Cojumatlán de Regules, con Enrique Mújica, ambos se han mantenido en el poder por años a base de presiones y chantajes, fraudes electorales y compra de votos y conciencias y han creado un gran Imperio y se han enriquecido creando grandes negocios a costa del erario público.

Siempre han gobernado bajo la amenaza y el dinero, pues cada vez que se van a reelegir reparten recursos a los opositores y a la gente para comprar votos y conciencias.

Pero lo más grave es que nada han hecho por la gente, sin embargo, prefieren seguir bajo el yugo de sus caciques que un cambio que signifique progreso. En Cojumatán, fue reelecto a la presidencia municipal el perredista Enrique Mújica que va por su sexto periodo, y se dice que la compra de votos y la entrega de calentadores solares lo hicieron ganar. Un cacique que ha hecho una gran fortuna a costa de los cojumatlenses, según dicen.

Se ha reelecto seis veces.

Baltazar Gaona, alcalde del municipio de Tarímbaro, Michoacán es el clásico cacique político, dueño de tierras, ranchos, negocios y voluntades, se ha consolidado en su municipio, pese a que ostenta en su historial una serie de señalamientos en su contra, unos muy graves y otros que ya forman parte del anecdotario político de Michoacán.

Un cásico cacique digno para novela o película

Muchas veces un gobernante engaña a los ciudadanos y aun así siguen confiando en ellos con la esperanza de que ahora sí cumplan sus promesas.

Gaona Sánchez cuenta con múltiples propiedades, cientos de hectáreas de tierra y una plaza de Toros en Cutzio. Es compadre de casi todos los ciudadanos del municipio y da monedas a los niños a su paso y otorga dádivas a mujeres y hombres mayores y se siente protector de los humildes y dice que su sueldo (100 mil pesos mensuales) lo reparte entre la gente sintiéndose una especie de Chucho el Roto. Todo es una farsa y una mentira

En su última campaña prometió hospitales, vivienda a gente humilde, arreglar las calles, mejorar la seguridad y condonar el pago del agua si lo llevaban al triunfo. Nada ha cumplido.

Muchas veces un gobernante engaña a los ciudadanos y aun así siguen confiando en él con la esperanza de que ahora sí cumpla su promesa, pero toso sigue igual, o peor.

Se dice que cada quien tiene el gobierno que merece, y es verdad.

En ambos municipios impera la ley del dinero en cada elección para continuar con el cacicazgo y seguirse enriqueciendo y cada vez hunden más en la pobreza a su gente.

Ahora bien, en el caso de Arreola Ortega no se trata de un cacicazgo, si ha sido reelecto es porque la gente asó lo decide, porque ha hecho mucho por el municipio de Nueva Italia, por la gente humilde, lo respetan por lo que es, no le temen como en los casos de Cojumatlán y Tarímbaro.

De verdad que sus adversarios no tienen bases ni fundamentos para decir que quiere crear un cacicazgo en la región y tampoco que ha utilizado a sus diversos cargos para imponer a familiares, el nepotismo nunca ha sido su fuerte, así que no tiene por qué dejar la política, al contrario, está en la cumbre de su carrera.

Qué sus adversarios sufran por su popularidad.