Por José Cruz Delgado
LA COLUMNA: A Morón lo utilizaron y lo desecharon.
Nada tienen que hacer Raúl Morón y Ana Lilia Guillén en las filas de Morena, su partido les dió la espalda y los ha abandonado a su suerte, por dignidad deberían renunciar y buscar otras alternativas pues no lograrán ningún cargo de elección popular.
Claro que a Raúl Morón, por ahora no le conviene salirse de Morena porque está apoyando a la corcholata Claudia Shimbaun en su búsqueda por la candidatura a la presidencia de la República, pero Ana Lilia no tiene esperanza alguna de nada y lo mejor es que vaya buscando refugio en otro instituto político, porque según dijo, ya hasta la rasuraron del padrón, así que no le queda otra más que emigrar.
Ya el presidente del PRD les había abierto la puerta para que regresaran, pero siempre he dicho que un traidor lo será siempre y la verdad no le conviene a ese partido tener en sus filas a este tipo de gente que dan lástima y vergüenza, pero en fin allá ellos si los admiten.
El oportunista Juan Pérez Medina renunció a Morena no hace mucho porque no lo tomaron en cuenta para un cargo en la administración pública estatal y se fue apoyar otro partido en formación. Al menos tuvo algo de decoro.
Comprar a políticos que no son de su mismo partido se volvió una costumbre en el presidente Andrés Manuel López Obrador para lograr sus fines, y si no acceden por las buenas pues entonces por las malas.
El senador panista por Yucatán, Raúl Paz, a cambio de ser el comisionado nacional de enlace entre la presidencia y el sector empresarial renunció al PAN y se fue a Morena.