Por José Cruz Delgado
*LOS DEL GOBIERNO, HABLAN MUY BONITO PERO NADA MÁS.
*SI LOS FUNCIONARIOS NO LES GUSTA SU TRABAJO QUE RENUNCIEN, FUE LA EXIGENCIA.
Durante la jornada del Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas a la que acudieron colectivos de familiares de personas desaparecidas en Michoacán, y que estuvieron acompañados por personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, especialmente psicólogos y abogados para apoyarlos, le llovieron críticas al por mayor a la Fiscalía del Estado, a quien acusaron de indolente e insensible ante su dolor.
No les quedó de otra a los funcionarios de la Fiscalía más que aguantar los reclamos justos de las y los
ahí presentes, incluso, se les dijo que si no les gustaba hacer su trabajo que renunciarán.
Escuchar las historias de cada madre, esposa, hijo, hermanos o tíos de los desaparecidos es realmente conmovedor, pero a la Fiscalía nada la conmueve.
Una madre de un hijo de 19 años que desapareció dijo con lágrimas en los ojos que ese 30 de agosto otro de sus hijos cumplía 15 años y que en lugar de estar con él prefirió acudir a las marchas y seguir buscando a su primogénito porque como madre seguirá buscándolo hasta en encontrarlo y que asistió a ese encuentro ante las autoridades para expresarles su dolor y exigirles que agilicen las investigaciones.
Otra de las participantes, cuyo hijo está desaparecido les reprochó a las autoridades de la Fiscalía y del gobierno del estado que sólo van para hablarles muy bonito y hasta se ponen a su disposición y les dicen que cuentan con su apoyo pero en los hechos es otra cosa, pues cuando se acercan a ellas no los quieren recibir y se les ve como apestados y los revictimizan diciéndoles que su hijo es un delincuente y que por eso se lo llevaron, y eso no se vale.
La exigencia a la Fiscalía fue también exigirles que hagan su trabajo y la llamada comisión de búsqueda que, hasta el momento no sabe donde está, quienes la integran y cuál es su función.
“Yo no vengo a pedirles apoyo, sino a exigirles a los de la Fiscalía y las dependencias involucradas hagan su trabajo y encuentren a nuestros familiares, esa es nuestra exigencia, porque por eso perciben un sueldo, y si los funcionarios no están dispuestos a cumplir con su trabajo porque no les gusta, pues que renuncien”, dijo la madre de familia, tras advertir que como madres o esposas van a estar sobre ellos.
Señaló que se le hace increíble que a cinco años de la desaparición de su hijo la Fiscalía no tenga un sólo dato al respecto.
Una oradora más cuyo esposo fue sacado de su casa en Uruapan, dijo que en octubre pasado entrego un escrito al fiscal Adrián López Solís y le dió su palabra que trabajaría hasta encontrarlo, pero sólo quedó en promesa, a la fecha no han ningún avance y ya hasta ni la quieren recibir en la Fiscalía.
Cabe destacar que en Jacona, uno de los municipios más peligrosos de la región de Zamora y del Lerma-Chapala, familiares de cientos de personas también salieron a marchar, para ser escuchados porque se cansaron de estar callados y exigen el regreso con vida de sus seres queridos.
Desde Jacona hasta Zamora se escucharon los nombres de los cientos de desaparecidos y la exigencia de que las autoridades estatales, federales y municipales hagan su trabajo, pues las acusaron de pasivas y omisas y de no contar con protocolos de búsqueda, así como de revictimización y maltrato durante los procesos judiciales.
Incluso, una madre de familia dijo que acudió a la Fiscalía y que la tacharon de loca y la enviaron al DIF con un psicólogo.
O también les dicen: “Ya ni venga su hijo ya está muerto no le busque más”, así de insensible es el personal de la Fiscalía.
Según información publicada por Meta Política, de manera extraoficial, con el apoyo de colectivos y académicos se han registrado más de 113 desapariciones desde 2916 en los municipios de la región Lerma-Chapala como son Tangancícuaro, Zamora, Jacona, Chavinda, Tlazazalca, Sahuayo y Jiquilpan, algunas de las cuales no fueron denunciadas ante autoridades por amenazas del crimen organizado.
La mayoría de las desapariciones en la región ocurrieron desde 2020 y muchas de ellas fueron personas que circulaban entre la frontera de Michoacán y Jalisco, donde las carreteras que conectan ambos estados son conocidas como el Corredor de la Muerte.
Sin embargo, nadie conoce realmente la cantidad de personas que han desaparecido debido a que muchas familias no denuncian sus casos ante el miedo a represalias, incluso en la misma marcha algunas personas nunca acudieron a la Fiscalía por amenazas directas. Es de destacar que todas estas marchas estuvieron en todo momento acompañadas por personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.