ÑLA COSTUMBRE DEL PODER: De Jorge Díaz Serrano a Jesús Murillo Karam
Por Gregorio Ortega Molina
4T ansiosa de que le resulten los métodos priistas
Falta conocer de la pericia, o de la impudicia, de Gertz Manero y su patrocinador, para servirse de la imagen de Jesús Murillo Karam y convencer a su feligresía para contar con sus votos, pues quieren saber del destino de sus hijos y conocer el sitio donde reposan sus restos o cenizas, o quizá con ellos el México bueno y sabio tampoco se traga el cuento del crimen de Estado
Javier Wimer Zambrano fue un hombre de temible ironía y ferozmente sarcástico. En corto, no respetaba la investidura presidencial de Miguel de la Madrid, a quien dijo que la gente se quejaba de que escuchara más con el oído derecho que con el izquierdo.
Evocar la anécdota permite establecer las similitudes entre los gobiernos de la alternancia, pues cuando sus necesidades políticas para imponer orden -como la conciben quienes mandan-, recurren a idénticos métodos, aunque con diferentes tamices y diversos niveles de cinismo.
Jorge Díaz Serrano, quien llegó al reclusorio Sur para evitar que Alicia López Portillo pisara la cárcel y se lesionara la investidura presidencial, pudo impartir clases entre los reclusos, y le fue acondicionada una cancha de tenis para su solaz. ¿Cómo le solicitaría López Portillo que aguantara vara?
El pecado de Emilio Lozoya Austin fue sujetarse a la negociación hecha entre su progenitor y el fiscal Alejandro Gertz Manero. La ausencia de información válida para combatir la corrupción con la ley y no sólo como propaganda, invalida para él el criterio de oportunidad. Quien mostró más entereza y absoluta verticalidad al cumplimiento de los cánones del ejercicio del poder, fue Rosario Robles.
Enchironar a Jesús Murillo Karam parte de idénticos supuestos y necesidades políticas: combatir la corrupción en el modo de procurar y administrar justicia, y ofrecer la imagen propagandística de que efectivamente se combate la impunidad y, como se simula en este gobierno, todo cambia, cuando en realidad va para peor.
En algún momento Enrique Peña Nieto debió solicitar a Murillo Karam que apechugara, ya sea por propia voz o por interpósita persona. Hay que mencionarlo, tanto el ex procurador como Jorge Díaz Serrano se comportaron con pundonor para mantener a salvo la institución presidencial.
Falta conocer de la pericia, o de la impudicia, de Gertz Manero y su patrocinador, para servirse de la imagen de Jesús Murillo Karam y convencer a su feligresía para contar con sus votos, o en el camino darse por enterados que los padres de los 43 no les compran el cuento, pues quieren saber del destino de sus hijos y conocer el sitio donde reposan sus restos o cenizas, y con ellos el México bueno y sabio tampoco se traga el cuento del crimen de Estado.