Gobernantes olvidaron que son servidores públicos

LA COSTUMBRE DEL PODER: Lía Limón y el servicio público

Por Gregorio Ortega Molina

*Chateo válido y respetuoso, aunque haya vecinos que no lo consideren así. ¿Cómo ha de dirigirse el mexicano de a píe a su alcaldesa? La democracia obvia las formas mientras no exista agresión ni falta de respeto, sobre todo cuando ella es servidora pública, u olvidó ese concepto

Los mexicanos en general -unos por ignorancia y otros por conveniencia- olvidaron o desconocen la manera de ejercer sus derechos en cuanto a rendición de cuentas por parte de los administradores públicos y de los encaramados en los puestos de elección. No es necesario increparlos, pero es prudente obligarlos a la transparencia.

La otra vertiente está del lado de quienes administran los bienes de la nación o tienen como tarea defender los intereses y derechos de sus electores. Convenientemente dejan de lado el concepto de servicio público, porque les estorba. A la mayoría les molesta sentirse servidores, puesto que llegaron a donde están para satisfacer necesidades egocéntricas o totalmente amorales.

Enderezarlos está en manos de la ciudadanía, sobre todo si esos servidores públicos caen en la tentación de ser diferentes y deciden transparentar su función y dar cauce administrativo a las exigencias inmediatas de los gobernados.

Es el caso de Lía Limón, quien tiene abierto un “chat” para escuchar la voz inquieta de los que vivimos en la alcaldía de la que es responsable política y administrativa. Pareciera dispuesta a escuchar, responde y cuestiona o pregunta el por qué de las opiniones o juicios. Sostuve que supongo le toman el pelo, pregunta la razón de mi suposición. Porque los de abajo afirman resolver lo que no resuelven.

Chateo válido y respetuoso, aunque haya vecinos que no lo consideren así. ¿Cómo ha de dirigirse el mexicano de a píe a su alcaldesa? La democracia obvia las formas mientras no exista agresión ni falta de respeto.

Hay ciudadanos que no opinan de esta manera. El rosario de agradecimientos permite suponer que la alcaldesa gusta del halago y piensa, ya, en suceder a Claudia Sheinbaum. ¿Es el camino? Mejor la transparente rendición de cuentas.

La democracia permite considerarnos a todos iguales, y me refiero a los administradores públicos, a los encaramados en puestos de elección, de ninguna manera a esos vecinos que, en afán de mejorar la socialización de las colonias, dan su tiempo y olvidan que tenemos la obligación de exigir rendición de cuentas. A Lía Limón le llegará el momento.