Por Gregorio Ortega Molina
: Cumbre de las Américas: asimetrías, exclusiones y poder económico I/III
*Poco importa si AMLO acude o no a la Cumbre. El daño está hecho desde el momento que olvidó su papel de jefe de Estado y su mandato constitucional
¿Pagaremos los mexicanos -con la patria, con la República y las instituciones que le dan vida- las locuras aspiracionales de Andrés Manuel López Obrador, en funciones de presidente constitucional? ¿Obedece su mandato, respeta las leyes, se apega a la norma? ¿Es el hermano mayor de América Latina?
El argumento central para condicionar su asistencia a la muy próxima Cumbre de las Américas, es la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua (en principio), debido a que -sostiene el gobierno de EU- en esas naciones no se vive en democracia. Palabras que los jefes de Estado de los países aludidos repiten como mantra, y otros se suman a la descalificación.
Para darnos un parámetro que encuadre el dilema, recordemos que el modelo político estadounidense acepta mínimas modificaciones en su continuidad política, notoriamente en la exterior; en cuanto a su representatividad democrática, no olvidemos que ambas Cámaras son constantemente vigiladas por sus electores y la prensa. Por deficiente que pueda ser, su sistema de gobierno da más soluciones que crear problemas.
En cuanto al término excluyente, sólo hagamos un repaso histórico, incluida la invasión de 1847, la ocupación del puerto de Veracruz y, sobre todo, la mutilación del territorio nacional, episodio del cual todavía no se esclarece quién o quiénes cometieron traición en contra de los mexicanos. Su Alteza Serenísima todavía cabalga en el espíritu de muchos aspirantes a hacerse con el poder absoluto.
En cuanto a Cuba, los agentes migratorios de Estados Unidos ¿pudieron haber regresado a todos los “marielitos” a la Isla? ¿Por qué no lo hicieron? ¿Por excluyentes?
Desconozco las estadísticas de los emigrados, aspirantes de asilo, refugiados y seguramente ilegales originarios de Venezuela y Nicaragua, como también las cantidades de dólares enviados por ellos a sus respectivos lugares de origen, con la intención de que sus familias sobrevivan y organicen su traslado a la “tierra de las oportunidades”, tan feroz como de la que huyen, salvo por el cumplimiento de la ley.
Tampoco conozco los números que hacen la diferencia entre los ilegales y legales mexicanos, pero que de alguna manera se las ingenian para hacer llegar el producto de su trabajo a sus familiares, no a su país, nunca a su gobierno, ni siquiera a la Patria.
¿Sabemos por qué huyen de la república? ¿Aquí se les ofreció empleo y se les garantizó la seguridad física? Sus estudios e inteligencia ¿avalaron su permanencia en México? Nuestros gobiernos, todos, ¿reconocen el por qué de la expulsión de mexicanos? Creo que hoy, como nunca antes, les vale gorro.
Poco importa si AMLO acude o no a la Cumbre. El daño está hecho desde el momento que olvidó su papel de jefe de Estado y su mandato constitucional.