Por Gregorio Molina Ortega

*Estamos a punto de constatar el verdadero tamaño de las dos personas sobre las cuales descansa la verdadera paz social en México, la que se fundamenta en la alimentación, la salud, la educación, el empleo, el Estado de Derecho: Rogelio Ramírez de la O y Victoria Rodríguez Ceja, porque es la economía la que impondrá la realidad sobre los otros datos

La inflación y el incremento de precios en los comestibles de la canasta básica son inamovibles, si no es al alza. Si partimos de este hecho para el año que inicia, es posible suponer que los recursos fiscales repartidos a la población a través de las tarjetas bienestar, siempre serán insuficientes para saciar el hambre atrasada y regresar, a los beneficiados, una mínima dignidad de vida.

El ejercicio para constatarlo es simple. Basta recorrer -con los ojos bien abiertos y el oído atento para escuchar los comentarios de las amas de casa, de los vendedores- los mercados establecidos, los tianguis semanales, los supermercados, las misceláneas de barrio, para comprender que la decepción ya anida en los que fueron fieles, y crece esa irritación social vomitada por las carencias elementales. Si alimentarse adecuadamente se complica, mantener la higiene se hace más difícil, pues los jabones, los detergentes, los productos de limpieza bucal, lo necesario para la limpieza del hogar -pobreza no es sinónimo de mugre o suciedad- es cada día más difícil de adquirir.

Pronto atestiguaremos el modo en que se compacta la masa de resabiados, alentada en esa nueva actitud mezcla de indolencia y agresividad, por las autoridades que todavía creen que la igualdad es posible, cuando la historia muestra que es un equívoco suponer que se puede lograr, o imponer, a llegar a ella a través de la solidaridad. Imposible equiparar a los ignorantes con los escolarizados, a los inteligentes con los tontos, a los aptos con los ineptos, a los competitivos con los parásitos, a los sanos con los enfermos, a los locos con los cuerdos, a los resentidos con los contentos con su situación. Masa no equivale a uniformidad.

Es una moda luchar por el derecho a la diferencia y la equidad en oportunidades, lo mismo para mujeres que hombres, o para el movimiento como el “LGBTIQ+ está formado por las siglas de las palabras lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual y queer . Al final se suele añadir el símbolo + para incluir todos los colectivos que no están representados en las siglas anteriores”.

¿Cómo puede la economía contribuir a esa igualdad de géneros tan diversos? Las carencias no ayudarán a equilibrar la balanza y el descontrol en la inflación, con un acelerado crecimiento en los precios de lo elemental para poder ser como individuo, e integrarse a la sociedad sin perderse en el anonimato, pues para lograrlo se requiere de algo más que los programas sociales y la distopia de una voluntad política alimentada únicamente por el resentimiento de quien, en su tiempo y su momento, no pudo alcanzar lo que quiso ser.

Estamos a punto de constatar el verdadero tamaño de las dos personas sobre las cuales descansa la verdadera paz social en México, la que se fundamenta en la alimentación, la salud, la educación, el empleo, el Estado de Derecho: Rogelio Ramírez de la O y Victoria Rodríguez Ceja, porque es la economía la que impondrá la realidad sobre los otros datos.

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