SR. LÓPEZ
Tío Óscar, valiente no fue, nunca. Una vez preguntó a la abuela Elena -la paterno-autleca- qué podía hacer para quitarse de encima a un usurero que lo estaba exprimiendo. Ella le contestó de aire: -Si quieres, que te acompañe a verlo, Manolo -así le decía al progenitor de este menda-, seguro él lo hace entrar en razón –sabedor el tío Óscar de lo que significaba la intervención del hijito de doña Elena, le contestó pálido: -No, mejor termino de pagar, total, firmé las letras, ¿no? –pues sí.
Nuestro Presidente, después de tanto insistir en el “borrón y cuenta nueva”; después de predicar el perdón de los pecados a los “machuchones” del pasado -aclarando que eso valía para todos los que no tuvieran procesos judiciales ya iniciados-; después decir el 20 de noviembre pasado: “Sí, es un perdón, es un perdón, así (…) punto final (…)” y que en adelante, no habría “perdón para ningún corrupto”. En adelante.
Luego que el mismo presidente López Obrador, aclarara en entrevista con Carmen Aristegui, el 21 de noviembre pasado, que el “punto final”, era no averiguar nada del pasado, porque “(…) no nos alcanzarían las cárceles y los juzgados (…) sería conspirar contra de la estabilidad política del país (…) tendrías que enjuiciar a Salinas, a Zedillo, a Fox, a Calderón, a Peña Nieto (…) me quedaría anclado en el conflicto (…)”.
Bueno, pues algo gordo debe haber pasado, para que en su conferencia de prensa de ayer, en Palacio Nacional, informara: “(…) funcionarios y ex funcionarios del sector energético, de la CFE (…) terminan sus periodos y se pasan a empresas que reciben contratos (…) México paga miles de millones de dólares por siete gasoductos que están detenidos (…).
En el requinto, el director General de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, soltó que “por el alquiler de siete ductos varados la CFE ya tiene una serie de penas, y por ejemplo, el año pasado, pagó 5 mil millones de pesos. Este año estaría pagando otros 16 mil millones de pesos de no negociarse los contratos (…) firmados durante el Gobierno pasado (…) la CFE tiene que pagar cerca de 70 mil millones en 25 años, por esos contratos”. Desde 2015, la empresa ha pagado unos 62 mil millones de pesos por el alquiler. “De continuarse estos contratos la CFE está en riesgo de quiebra” (nota de Efrén Flores; Sinembargo; febrero 11, 2019; 7:49am).
Don Bartlett, muy en su papel de converso, soltó nombres: José Córdoba Montoya, Jesús Reyes Heroles, Carlos Ruiz Sacristán, Luis Téllez, Felipe Calderón, Georgina Kessel, Jordy Herrera Flores y Alejandro Kauffman; todos colaboradores de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón.
Remató nuestro Presidente: “(…) se va a dar vista a la Fiscalía General si es que existe algún delito, que ellos decidan”.
O sea: borrón pendiente y cuentas por pagar.
A don Bartlett esta vez no se le cayó el sistema y se siguió de frente con los nombres de las empresas: Proveedora de Servicios de Energía, S.A. de C.V.; EnergeA, Energy Intelligence Group, Morgan Stanley Energy Partners; I-Enova, North American Infrastructure Group de Sempra Energy; Kohlberg Kravis Roberts; Avangrid; y varias más… bueno.
El detallito llamativo es que en el negocio de los ductos, participan algunos chiquitines como la BlackRock y el banco First Reserve; por cierto: forma parte de la junta directiva de BlackRock, Marco Antonio Slim Domit, hijo de ya sabe quién, porque -dicen-, su papi es dueño del 2% de la BlackRock, empresa que a su vez está dentro, muy adentro de los campos petroleros subastados por la administración anterior. ¡Zambomba!
No iba a mirar al pasado nuestro Presidente. Solo lo que tuviera ya causa abierta ante la Fiscalía seguiría su curso… ¿qué pasó?… como de costumbre, no lo sabemos, ni lo sabremos, pero lo de ayer es una declaración de guerra, aunque el Presidente de la república haya dicho (misma fuente): “(…) que su Gobierno busca que se logre una reestructuración de acuerdo y compromisos ‘de manera voluntaria’. E informó que se está exhortando a las empresas para que se celebre un convenio, se revisen contratos y se haga el acuerdo de que no van a aumentar los precios de la electricidad”.
O sea, a la buena… pero a la buena nadie deja de ganar dinero y menos si tiene contratos legales firmaditos con un Estado.
La estrategia pudiera ser nada más, apretar a los exfuncionarios, pudiera ser. Y pudiera ser que ellos, en lo personal, aflojaran, pero lo malo es que representan intereses enormes que no van a dejar tan fácil que les saquen del estómago lo que ya se zamparon.
No parece necesario aclarar que este López opina que sería muy bueno poder meter en peroles de aceite hirviendo -flama bajita, para que duren-, a unos cuantos de los que pusieron a México de rodillas, que hicieron todo lo que en sus manos estuvo para quebrar a Pemex y la CFE (favor de incluir a los que sin ser socios ni tener que ver en la reforma energética ni en esos contratos desventajosos, se han dedicado básicamente a fomentar el crecimiento de sus gónadas con el probado sistema de trabajar lo menos posible o muy despacito -“tiempo Pemex”, le dicen ellos mismos, según don Julio, que le sabe mucho a esto-, a medrar con las plazas del sindicato, al saqueo hormiga de lo que nunca fue de México, porque Pemex y CFE, siempre fueron de los que ahí trabajaban de gallones o golondrinos).
Pero seamos realistas: atrás de cada uno de esos contratos leoninos hay poderes reales de tal magnitud que lo mejor es no buscarle ruido al chicharrón. Nos pueden reventar la economía nacional.
El que le pica en mal lugar a un tigre de bengala queda hecho rebanadas como pan Bimbo. Lo sabe nuestro Presidente, si se metió al ruedo, será porque algo supo le preparaban. Pero de que es guerra, es guerra.
____________
Nota: ‘La Feria’ de ayer lleva dos erratas de esas que hacen arder la cara; donde dice 4,600 años, debe decir “millones de años” y donde dice 300 mil millones, no va “millones”. Bueno… qué pena con usted.