Por Daniel Ambriz Mendoza

La incertidumbre en la que siempre nos hemos movido como sociedad al no saber lo que va a pasar mañana, nos han hecho caer en una serie de predicciones, muchas veces, en el afán de saber lo que va a pasar, prestamos oídos a los astrólogos, esas personas que manejan el arte de predecir lo que puede suceder en un futuro inmediato y con eso nos quedamos, pero científicamente existen equipos de estudiosos que se dedican a elaborar proyecciones que nos pueden aproximar no tanto a lo que va a pasar, eso seguirá siendo incierto, sino a la toma de las mejores decisiones para llegar en condiciones óptimas a ese futuro que estamos visualizando, con la finalidad de enfrentar nuevos retos con mayor éxito y con el menor impacto negativo para la sociedad y para nosotros mismos, para este caso, la planeación toma un papel preponderante en la vida de las personas y en el desarrollo social. A los decisores que forman parte de un gobierno, de una organización sindical, política o a quienes están al frente de una empresa, los estudios del futuro les son de suma utilidad.

Hay muchos motivos para dedicarse a hacer estudios del futuro a través de las técnicas prospectivas de tipo cuantitativo y cualitativo que existen, “los análisis de las principales tendencias mundiales a largo plazo destacan que en el 2050, las tecnologías disruptivas, la escasez de recursos naturales, los cambios en la demanda e innovaciones tecnológicas, las transformaciones demográficas, el desplazamiento del poder, las transformaciones demográficas, los nuevos mercados, las migraciones, la urbanización y la expansión de las ciudades y el cambio climático, entre otros, impactarán de manera profunda en el desarrollo de los países latinoamericanos, entre ellos, México”. (Sergio Bitar, Tendencias mundiales y el futuro de América Latina, CEPAL, 2014).

Tomando en consideración que todos tenemos un concepto vago o muy sólido de lo que es el futuro, debemos tomar en cuenta que el estudio del futuro es el estudio sistemático de los futuros probables, posibles y preferibles, donde la realdad y los mitos juegan un papel preponderante pero que finalmente, si tales estudios se basan en hechos tangibles que pueden dar las proyecciones de escenarios futuros, como también, la subjetividad de un pensamiento imaginario que nos puede llevar a un escenario posible, entonces estaremos en la ruta adecuada que nos puede conducir a prepararnos de manera anticipada a lo que probablemente podría suceder para enfrentarlo con mayores posibilidades de éxito.

Es en este momento cuando adquieren un papel preponderante las técnicas prospectivas, como herramientas que le dan sustento metodológico a las proyecciones y a la construcción de escenarios de futuro. Las técnicas prospectivas son de carácter multidisciplinario porque en su diseño han intervenido una variedad de especialistas o expertos que las han llevado a la práctica, estas técnicas surgieron con la planeación, por eso se considera que planeación y prospectiva son modelos, enfoques y estrategias que se han desarrollado de una manera paralela.

El enfoque prospectivo es ya indispensable en la toma de cualquier tipo de decisiones, incluyendo las decisiones de carácter personal que nos puedan orientar sobre el rumbo que debe tomar nuestra vida para llegar al escenario futuro más deseable, por eso, no nos haría mal hacernos de lecturas que manejen las principales técnicas que nos permitan hacer ejercicios prospectivos. En la actualidad, sin temor a equivocarme puedo decir que ningún gobierno, organización o empresa que tenga una visión a largo plazo, puede prescindir de los estudios de futuro porque les permiten tomar las mejores decisiones o implementar el diseño de políticas públicas que en verdad resuelvan los problemas más sentidos de la sociedad.