Por Daniel Ambriz Mendoza
Parafraseando a Walt Disney iniciaré con una interrogante que nos puede abrir las puertas de una reflexión más profunda, ¿estaremos dando hoy los pasos que nos permitan estar en el futuro que deseamos?, hablar de planeación prospectiva quizás no sea muy familiar para muchos, pero no es un concepto nuevo, se viene haciendo en el mundo desde hace muchos años, después de la 2ª Guerra Mundial cobró mayor fuerza y sentido, países como Japón, gracias a la planeación prospectiva se levantó de la cenizas hasta convertirse en una potencia de innovación tecnológica, ejemplo en valores y en su modelo educativo. Este país pensó en su momento cómo quería verse en el futuro y dio los pasos precisos para lograrlo, ejemplos como ese hay más, no es el único.
De manera simple la prospectiva no es más que una perspectiva a largo plazo (20, 30 o más años) y para su desarrollo es necesario tomar de la mano a la planeación estratégica que nos permita concretizar en la vía de los hechos las acciones que hemos de proyectar realizar para alcanzar nuestros objetivos a corto mediano y largo plazo. Todos los seres humanos hacemos ejercicios de planeación prospectiva cuando imaginamos escenarios de futuro sobre nuestra propia vida y visualizamos la manera en la que desearíamos estar en el futuro, y así, el niño que está en la escuela primaria o secundaria piensa sobre lo que quiere ser en vida futura, el joven soltero proyecta si se casará o no, en qué tiempo y hasta con qué mujer, si aspira a tener un coche, una casa o a fundar una familia, y así sucesivamente, lo importante de esto es que para lograrlo es necesario tomar decisiones y realizar ciertas acciones; aquí es donde entra la planeación.
En las organizaciones educativas, sean de tipo público, privado, sociales, no gubernamentales, nacionales o internacionales, es fundamental y de vital importancia aplicar la visión prospectiva con la finalidad de atender su desarrollo estructural mejorando continuamente su desempeño para verse en un escenario de competencia y competividad en el futuro, de lo contrario, estarán condenadas al fracaso y hasta el colapso.
La visión prospectiva es fundamental para mejorar la gestión pública de las organizaciones debido a que, las políticas públicas que se suelen implementar tienen efectos a largo plazo, la educación está vinculada a los avances de la ciencia y de la tecnología y sin lugar a dudas, el desarrollo educativo debe ser la base del desarrollo de la población (Diplomado en Planeación Prospectiva, ENFPS, 2018). Derivado de lo anterior, en nuestro país estamos sujetos a cambios de modelos educativos o reformas con mucha frecuencia, y cuando esto sucede queremos ver los cambios de manera inmediata, eso no puede ser posible porque se necesitan más de 10 años para poder observar los primeros frutos de lo que hemos realizado, el problema en países como México es que se implementan cambios cada 6 años, tiempo que no es suficiente para ver los efectos de la estrategia implementada, este error operativo permite que nos estanquemos y que como consecuencia, los avances de la ciencia y la tecnología se nos vayan muy lejos y que nuestros procedimientos en este sentido sean un tanto rudimentarios en comparación con otras instituciones generalmente del sector privado y con mayor fuerza con otros países del mundo. Finalmente, la falta de concatenación de los tres factores arriba señalados hace que se estanque el desarrollo social, se manifieste el analfabetismo funcional y tecnológico, y la ignorancia acentúe la miseria por falta de un constante desarrollo educativo en el país.
Generalmente espacios como esta columna son muy reducidos para hablar sobre un tema tan complejo y extenso como este, sin embargo, sí nos da la posibilidad de reflexionar sobre si lo que estamos haciendo como país nos va a servir para estar en mejores condiciones al paso de 20 o 30 años, solo tomemos en cuenta que no vamos solos en este intento, nos movemos en un complejo concierto internacional donde está de por medio la vigencia y la pertinencia de nuestro sistema educativo, el resto le toca reflexionarlo a usted amiga o amigo lector. Hasta la próxima entrega.