Por: Javier Lozano

A veces no hace falta explorar suficiente a fin de darnos cuenta que existen diferencias amplias con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en varios periodistas y analistas. El mismo presidente ha comparado que la orientación y el sesgo de algunos medios de circulación Nacional: atizan sin miramientos el funcionamiento y el contenido para señalar a rajatabla el esquema publicitario que ocasiones pareciera llevar un efecto penetrante con la intención de fragmentar a una sociedad; invariablemente del sentido esencial de influir en la noticia con veracidad y objetividad, se considera más sobresaliente extender el impacto y ataque a las acciones del mandatario.

Evidentemente los analistas y medios tienen que manifestarse basándose en un juicio subjetivo; sin embargo, podemos ubicarnos que hay diversos autores que se jactan de envenenar las causas en fundamento a una ideología que encuadra más bien con la idea conservadora que expresa el criterio manipulado y sesgado de la información; aquí, hay numerosos ejemplos de periodistas que han cambiado la narrativa, a veces coherente o incoherente. Consideramos que los tiempos donde había condicionantes, chantajes y clientelismo que se “alineaba” al poder dominante del sistema se ha terminado.

Naturalmente que la noticia que ha dado un giro incluso mundial, es precisamente el asilo político que está brindando nuestro país por instrucciones del presidente; hay quienes son congruentes y comprenden la gravedad de la posición; otros, aprovechan la coyuntura y la masacre para criticar ampliamente la situación sociopolítica que vive no solo Bolivia, sino de igual forma Chile: dos países que son azotados por una violencia desmedida donde se implementan las acciones más perversas de tortura; donde el contexto arroja decenas, tal vez miles de muertos que protestan por buscar mejores condiciones a través de un gobierno dominante, autoritario y represor, que ha decidido militarizar las calles ante la omisión de un esquema que garantice la mejora en rubros económicos, políticos y sociales; la imposición dura ha traído reacciones movilizadoras de un pueblo que ha mostrado empatía de la maquinaria feroz e irracional de Sebastián Piñera, el cual arrastra el desequilibrio, la inseguridad y el sufrimiento de una población Chilena que ha sido sometida por el aparato Estatal, y la capacidad cruel que produce el régimen neoliberal.

Y el caso de Bolivia, existen decenas de muertos, detenidos, desaparecidos, golpeados, vejados, y sometidos a una represión brutal y sanguinaria de una usurpadora del poder que no le importa en lo más mínimo reprimir a todas las entidades indígenas que históricamente habían sido marginadas y excluidas por los índices de pobreza y la expresión que a veces matizan por su rasgo facial o color de piel (Clasistas). Coincido totalmente con Noam Chomsky y Bernie Sanders: las localidades nativas realzaron el valor relevante de una sociedad que estaba revertiendo la desigualdad social y la penuria; donde el dinamismo y la participación plural eran la piedra angular del gobierno de Evo. Estas figuras que insoslayablemente tienen un peso sustancial, focalizan que la situación que vive actualmente Bolivia, se trata de un golpe de Estado, con la finalidad de modificar una estructura territorial que había adquirido un trascendental éxodo y adhesión a la figura del presidente legítimo Evo Morales.

El reconocimiento a las comunidades indígenas, eran favorecidas en un punto de equilibrio que apuntalo y redujo los incides de pobreza y desigualdad social.