Apatzingán, Michoacán, a 21 de mayo del 2020.- Gracias al Programa Agricultura Sustentable, impulsado por el Gobierno de Silvano Aureoles Conejo a través de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (Sedrua), este año se obtuvieron los primeros mangos que alcanzaron un peso de hasta 800 gramos y una mayor cantidad de frutos en las parcelas demostrativas que iniciaron en 2019.
Rubén Medina Niño, titular de la dependencia, detalló que esto se logró gracias a la disciplina de las y los productores, al aplicar los insumos tal y como indicaron los especialistas, ya que en primera instancia, el objetivo del programa fue restaurar y mantener la productividad de los suelos, así como transitar al alto rendimiento y calidad en el cultivo de mango.
El funcionario explicó que en esta fase de capacitación realizada en la Tierra Caliente, el equipo de expertos y extensionistas, enseñan que el ciclo agrícola comienza un día después de la cosecha; en el caso del cultivo de mango (Mangifera indica L.), una vez concluida la cosecha, hay que preparar la próxima etapa de floración y desarrollo de fruto, reconociendo que el cultivo presenta dos fases de crecimiento.
Durante el desarrollo del fruto: (1) se tiene una expansión, desde el inicio de la floración hasta unos 75 días después, incluso hasta 90, como es el caso de la variedad Keith; en esta fase, antes de los 70 días, después de la floración ahí se alcanza hasta un 70% del crecimiento del fruto; (2) la fase de llenado, que es donde se alcanza el mayor peso, ocurre entre los 65 a 80 días después de la floración.
Estas condiciones permitirán mejorar los resultados para la cosecha 2021, ya que en 2020 se ha logrado que los frutos alcancen un peso de 800 gramos, con ello se diversifica la cantidad de tallas y abre posibilidades de atender los mercados internacionales de Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón, como está ocurriendo en esta cosecha del presente año.
Medina Niño resaltó que en Michoacán el Programa de Agricultura Sustentable promueve un sistema de soluciones que aporta resultados contundentes para la producción agrícola, basado en la integración de prácticas agroecológicas, donde destacan los siguientes puntos: 1.- Rescate del conocimiento campesino combinado con las aportaciones de la sociedad del conocimiento. 2.- Diagnóstico de la fertilidad del suelo; 3.- aprovechamiento intensivo del potencial genético de las especies y variedades cultivadas, en este caso de mango; 4.- Acondicionamiento del suelo, apoyado en la remineralización para restaurarlo e incrementar su calidad.
5.- Restauración del nivel de la materia orgánica humificada en el suelo. 6.- Restauración de la biología del suelo. 7.- Manejo adecuado y suplementario de la nutrición vegetal, con la fertilización foliar, nutrientes y bioestimulantes. 8.- Manejo de malezas. 9.- Manejo fitosanitario en suelos y partes aéreas con un consorcio microbiano. 10.- Prácticas de restauración de suelo y agua. 11.- Acompañamiento técnico.
Recordó que el equipo de soporte científico ésta encabezado por el doctor Gerardo Noriega Altamirano, académico y científico de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), apoyados de los Sistemas de Información Geográficos (SIG) y Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) que delimitan zonas de manejo agronómico para promover una Agricultura Sustentable.
Indicó que la Agricultura 5.0, o agricultura sustentable, además de precisión en los cultivos, brinda elementos para el diseño y aplicación de tecnologías basadas en el manejo de los suelos, producción agrícola, para producir alimentos de alta calidad y en cantidad suficiente con el objetivo de caminar hacia la sustentabilidad, lo cual resulta indispensable en el contexto sanitario por la pandemia del COVID-19.