Por: Javier Lozano

Hay una distancia enorme entre el anterior dirigente Nacional del PAN Ricardo Anaya y Marko Cortés; a pesar de que igualmente que el primero, es poseedor de una ambición desmedida por el poder; y una narrativa envenenada que hace resonancia en el enraizado esquema ultraderechista del panismo (conservadurismo); la semejanza es inefectiva ya que el actual dirigente está bajo el control de un impulso desmedido que aumenta cualquier intento por canalizar la atención mediática que es dominada no solamente por el presidente, sino, porque no han podido captar el esmero de los amplios sectores sociales, quienes saben perfectamente el clima que quiere construir el cuasi-líder del PAN. (Tragicomedia).

Recuerdo que Ricardo Anaya tuvo que romper con todo aquel que se le atravesara en su camino
con el único objetivo de posicionarse como candidato en el 2018; logro crear un “desmadre” como el: que ha orquestado Marko en su lingüística refinada de un presidente Nacional de un partido, cuyo mayor temor es- que el periodo electoral que se avecina, serán nuevamente arrollados por Morena, según algunas encuestas y ejercicios que muestran la inclinación; asimismo, porque su sombría gestión al frente, toma una enorme veneración por un pragmatismo que pretende construir un bloque a manera del motor de contrapeso para el 2021; incluye en su proyecto a todos. “Sí, a
todos aquellos que muestra de forma abierta su rechazo por las políticas lopezobradoristas”.
Pero sumar con Javier Lozano, una figura que lejos de provocar poder de convocatoria, resta
credibilidad; que decir de Fox, Calderón, Los Chuchos, PRI, y las migajas del PRD. ¡Qué desmadre!, de un retrato pragmático, soez, que orquesta y perpetra una serie de acciones que en mi opinión reflejan la imagen desinflada y sin carisma de Cortés, de igual forma, el esquema amorfo de capitalizar el descontento. La maniobra “audaz” de Marko, pasará de ser un contrapeso poderoso, a una decadencia que solo busca unificar disparates, fabricaciones y “desmadres”.

Lo que está haciendo Marko Cortés con una de las estructuras que pudiera llegar a elaborar
contrapeso a Morena, es bloquear el poco oxigeno que entra en los pulmones de credibilidad que
respiran únicamente de algún tropiezo que tenga la actual administración. Están desubicados
porque:
-Ya no proponen, si no atizan cualquier acción para oponerse a los cambios, utilizando incluso la fabricación, la mentira, los disparates, que además de ser contradictorios, no nutren, ni fortalecen la desdibujada imagen de un presidente Nacional del PAN, que a rajatabla manda a un ejército de panistas a orquestar conferencias para descreditar cualesquiera actuación, supeditando la capacidad de disentir de forma autónoma. (“Estamos en conferencia señor presidente”)
– Esa debilidad va a ser la principal causa de que las elecciones intermedias del 2021, que por cierto, serán el detonante con miras al ejercicio de revocación de mandato y, el posible clima del 2024, sean la concepción que recobre la desgracia del 2018. (Donde fueron los sepultureros del PRD)

– El descredito no encuentra resonancia en perfiles como Javier Lozano, Ricardo Anaya, Gustavo
Madero y Vicente Fox, que gozan de una merecida animadversión por sus antecedentes clientelares, fraudulentos y de traición.

No hay liderazgos que pudieran al menos encontrar una dirección que amalgame una posición fuerte; hay caído en decadencia: en primera porque ya no impulsan confianza; y en segunda, han sido desplazados enormemente por la imagen del presidente.

El timón del barco está en manos de un perfil que además de poseer un narcisismo y una evanecida imagen, se la ha pasado haciendo disparates y “desmadres” que ocasionaran a posteriori, una decadencia más profunda en su partido. Utilizando una narrativa y una estrategia como la de Marko Cortés, sin empuje, ni fuerza, ni mucho menos poder de convocatoria, será incapaz de competir en
el 2021, donde se pronostica no solo otra arrolladora victoria de Morena, sino también su posible salida una vez que los propios resultados impulsen su renuncia.

Las maniobras de Cortés únicamente han matizado vergüenza y, han exacerbado a una sociedad
que ha demostrado un alto grado de conciencia (No Bots), como los que ya se han evidenciado y se han dado a la tarea de estructurar parte de las estrategias de polarización.

-Reunirse con Javier Lozano (Fracaso que resta)
-Mandar a producir un desmadre, solo desnuda el grado de desesperación.
-Y llevar a Vicente Fox al 80 aniversario del PAN para mostrar musculo (jejejeje) de riza
Soy de los que coinciden que Marko Cortés nunca ha tenido empuje, arrastre, ni mucho menos efecto y liderazgo, solo disparates y ocurrencias.