Escribe Javier Lozano
Morelia, Mich a 18 de noviembre del 2019.- Existe una premisa fundamental con la finalidad poder abordar primero un sustento que ha tenido múltiples formas de interpretar una lectura clara, nítida y transparente. Resulta que una encuesta de Mendoza Blanco & Asociados que circuló esta semana en Michoacán, coloca a Marco Antonio Solís en el animo de los michoacanos, para encabezar la candidatura en el Estado y, con altas posibilidades de ganar en las elecciones intermedias del 2021.—No se si el “Buki” reúna las características políticas en dirección abanderar un proyecto; lo cierto es que, como cantautor, está dotado de un talento natural que ha inspirado a muchos mexicanos, pero, sobre todo, que ha traspasado fronteras internacionales con sus melodías románticas.
Pero, quizá lo que mas me inquieta de esa encuesta, es que acorta abismalmente la distancia entre el PRD y Morena. Rápido me surgió una duda, porque las últimas tres evaluaciones que estructuran Massive Caller, Mitofsky y SDPnoticias, colocan al Movimiento regeneración Nacional, con una ventaja dominante en Michoacán y en la mayoría de Estados; naturalmente es impensable y atípico que, en menos de un mes, el margen cambie radicalmente; asimismo, es innegable que el tablero no se pueda girar, pero de esa manera predominante suena ilógico. Lo mismo pasa en el entorno que alimenta la intención del voto por candidato: ahí, de igual forma es relevante debido a que una imagen mantiene latente la esperanza de un triunfo.
No hay ninguna duda de que Marco Antonio Solís sea carismático y, por años, ha ejercido un lazo sustancial a través de su música. Pero, de ahí a que sea candidato: hay incertidumbre. En primera puesto que no puedo imaginar al “Buki” atacando y debatiendo como abanderado; no porque no lo pueda realizar, sino simplemente lo observo más identificado en otro terreno y con distinta narrativa. Y en segunda, si el PRD busca a esta figura para ser altamente competitivo, el elemento común pudiera seguir siendo que se encontrará con una estructura perredista Estatal muy endeble y sombría; por último, no tengo la menor duda que durante el transcurso del 2020, se anunciarán fugas de simpatizantes, cuadros y liderazgos, ya que como oposición a nivel Nacional, no proyectan confianza, ni mucho menos hay referentes de peso que pudieran en determinado caso fortalecer el timón desde la dirigencia. Internamente continua una disputa abierta entre tribus, lo que ha desgastado que encarné nuevamente una sobrevivencia que oxigené una esperanza a depositar la esperanza.
Me parece más una estrategia del PRD a afianzarse de cara a una elección que desde hace tiempo ya hemos descifrado: saldada. No veo sinceramente por donde el PRD en Michoacán, pudiera construir una plataforma solida para buscar, retener y ganar nuevamente la gobernatura. Esto obedece a un efecto que refleja la ansiedad por el nulo arrastre y poder de convocatoria que han tenido. Se visualiza qué la desilusión por las malas actuaciones, terminará siendo la piedra angular de un proceso que en mi opinión está decidido, con una inclinación hacia Morena bastante cargada.
Para recomponer el camino, tal vez sea una mala apuesta del PRD impulsar la imagen de Marco Antonio Solís; ambos son totalmente distintos. El PRD ha capturado la insatisfacción de los diversos sectores; Marco tiene arrastre, pero no renacerá a un perredismo cuya expresión en términos políticos ha producido un notable descontento de la sociedad, porque abrió paso y la ruta equivocada con el panismo. No es de izquierda, ni muchos menos atraviesa su mejor momento.
Consideramos, que, a fin de capitalizar el voto de los cuadros por medio de un artista de reconocido renombre, quizá pudiera llegar a producir eco, pero a que el perredismo tenga resonancia, no los veo competitivo ni viable.
Ahora, el otro aspecto seria sí Marco Antonio está dispuesto asumir ese desafío mayúsculo. Creo que, la intentona por canalizar la atención de los michoacanos tuvo existo, pero de ahí a que el funcionamiento llegué a buen puerto, no será contundente porque la marca del PRD como partido político, atraviesa por una de sus peores crisis y, que históricamente, pudiéramos estar hablando de una nueva expresión que abrazará Futuro 21.
El PRD defraudo, y ha seguido sufriendo como contrapeso, porque el desgaste esta ligado precisamente por una frágil estructura Estatal y Nacional que ha dado más señales de cargarse a la derecha. En términos generales, podemos resumir que la apuesta por polarizar la elección que desde mi punto de vista es ganable por un alto margen por Morena, ha causado ruido, sin embargo, hay varias cicatrices que no han sanado y que fueron fuertemente cuestionadas cuando lanzaron un proyecto con el PAN; un plan que consumaron y signaron con EPN y el Pacto por México; y fracturas internas que llevaron insuficientes para provocar un éxodo. La combinación de esos elementos, por supuesto que arroja mecanismos y herramientas poderosas que les ha costado mucho resurgir de ese agujero donde ni las manos han metido como oposición a nivel Nacional.
El PRD está a la orilla de un precipicio que ha dedicado su tiempo a patalear, a formar berrinches e inmutarse por todas las acciones que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Al “Buki” le tengo afecto porque es mi paisano; crecí con su música que siempre ha prevalecido en la enorme capacidad de cantar y componer melodías que ha conquistado a todo el mundo; pero, ¿ser candidato?, ¿por el PRD? Hay quienes hablan que sería un buen candidato; desde mi concepción sustento que no; más bien su imagen ha sido utilizada para relanzar un esquema que ha resultado incapaz de recomponer un senderó.