Por Oscar Vélez Ruiz Gaitán
Apreciados Lectores, Pueblo de nuestro México lindo y querido, en un abrir y cerrar de ojos comenzamos el segundo semestre del año, terminaron las elecciones y cuántas cosas y problemas -incluso el mismo día de la votación- continuaron pasando… Siempre agradecido, feliz y orgullosamente mexicano, más allá de donde me encuentre, estoy preocupado por la situación que enfrenta nuestra nación por lo que nuevamente les comparto mi más sincera reflexión e invitación a la acción:
Primero que nada, a lo largo de la vida hay frases que trascienden y nos incitan a actuar, como la de JFK: “no preguntes lo que tu país puede hacer por ti; mejor pregúntate lo que puedes hacer tú por tu país”; en el contexto de la jornada electoral que vivimos este 1 de julio aterrizo dicha frase y manifiesto que: “ejercer nuestro derecho al voto” y no abstenernos ni ser apáticos e indiferentes, es una manera significativa de hacer algo urgente por la patria mexicana. Sé que más de 89 millones de mexicanos lo hicimos, felicidades y aplausos, qué bueno que salimos a votar para hacer la diferencia y reconocer que sí tenemos el “poder” y la disposición para cambiar, pero honestamente, por un lado me da tristeza y preocupa que una vez más en este periodo siguieron habiendo intentos maquiavélicos de fraude, corrupción, compra de votos (no hace falta describir cómo lo hicieron las diferentes coaliciones partidistas y sus respectivos candidatos, creo que todos ya lo sabemos y ojalá nos hayamos informado para evitar caer en los mismos), y por otro, me sorprende cuánto tiempo y energía algunas personas invirtieron -incluso el día de hoy- en pelearse, burlarse, criticar, hacer memes, etc., sobre las y los candidatos e imponer a toda costa su postura respecto a por quién votar, y mientras tanto, la tasa de desempleo como la pobreza, la inseguridad alimentaria como la degradación ambiental, la violencia y la corrupción como la pérdida del capital natural y la fuga de cerebros, continúan en aumento…
Eso sí, nos dejamos llevar por y manipular con “el pan y el circo” que nos dan cada día como los “reality shows”, las “novelas”, o el “futbol y la fiebre del mundial”, y olvidamos o dejamos de hacer cosas productivas por el saneamiento, la recuperación, el bienestar y la prosperidad de México que a la larga nos beneficiaría a Todxs.
Desde donde estoy ahora me alarma saber lo que enfrenta nuestro país y más aún desconocer lo que nos espera después de las elecciones, pues reitero: “el destino de una nación no depende de una persona (presidente) y su gabinete ni de los partidos que representen -pues México no reconoce “colores” ni requiere división-, sino de la educación, la consciencia, la corresponsabilidad, la participación, el diálogo, la cooperación y la energía que cada habitante dispongamos para solucionar y perfeccionar las condiciones a donde la hemos llevado”.
Dado el momento que siempre vivimos durante las campañas electorales -y como el de este año ninguno, creo histórico y simbólico -, sinceramente reafirmo: “que las elecciones, a diferencia de un partido, no se tratan de ganar o perder ni mucho menos de competir, sino de quién ha hecho y hará más y mejores acciones tangibles y realizables por el bien común de la nación, aunado a que no podemos poner en riesgo el rumbo de México por la ambición de unos cuantos, y, salvaguardar las riquezas del país tampoco es una cuestión de competencia y pelea sino de conciliación, diálogo, cooperación y suma de esfuerzos.
Lástima que no aprendamos de la historia y que siempre caigamos en una batalla de prejuicios, culpas, blasfemias, manipulaciones, etc., que nos disgregan como sociedad y que hieren más a la nación. No entiendo ¿por qué no evolucionamos y por qué seguimos combatiendo entre nosotros mismos como mexicanos en lugar de ayudar a la nación?, y no creo que tenga que ver con el postulado de T. Hobbes y el “Leviatán”, sino con la falta de sensibilidad, de consciencia, de educación, de confianza, de valores y principios, para dar lo mejor de nosotros a la patria mexicana y ayudarnos a levantarla no solo ejerciendo nuestros derechos sino siendo corresponsables con la misma, en lugar de permitir que vaya en picada…, aunque hoy, admirablemente y a través de lo que eligió la mayoría democrática y legítimamente, México renace, nuestro país comienza a ser otro, y como decía A. Einstein: “si buscamos resultados diferentes, no hagamos lo mismo”.
Luego, sobre el gobierno entrante, considero que no se trata de quién o quiénes “salvarán” al país (pues nadie es el mesías como para lograrlo por arte de magia), y tampoco es responsabilidad exclusiva de éstos conseguirlo, ya que todo cambio es una tarea individual con responsabilidad compartida y de nosotros depende su “salvación”, pero más allá de esto, la nueva administración debe -esperemos- hacer la diferencia y romper el típico esquema de “Godínez” y en verdad salir a ensuciarse las manos, a trabajar por el pueblo que representan y realizar el trabajo que día con día las y los mexicanos llevamos a cabo en el campo, en las escuelas u oficinas y hogares, en las áreas rurales, en las ciudades… También, deben conocer y vivir -en vivo y en directo- la realidad laboral, los obstáculos, las amenazas y los retos que enfrentamos las y los cientos de mexicanos que tenemos que emigrar para encontrar otras oportunidades, y deben saber y entender lo que es estar en otro país más que para “turistear”, y entonces, al comprender dicha situación, desarrollar estrategias para apoyar a los connacionales y generar verdaderas fuentes de empleo y las condiciones éticas y adecuadas para propiciar salarios justos, competitivos y dignos, y así incrementar nuestro poder adquisitivo frente a la inflación anual al tiempo de mejorar la calidad de vida, y de esta manera evitar, o al menos contrarrestar, la fuga de capital humano tan valioso y potencial que posee nuestro país y combatir realísticamente el desempleo.
Así mismo y más allá de la preparación académica y la experiencia profesional que tengan los candidatos y quienes contiendan en el futuro, creo que deberían empaparse de los conocimientos tradicionales de los 56 grupos étnicos o pueblos indígenas de México, y respetar, entender, promover y conservar sus costumbres y riquezas, comprender los retos que enfrentan y ayudarlos a superarlos, así como apoyar otros grupos vulnerables (adultos mayores, mujeres, jóvenes, niños y otros seres vivientes) que padecen adversidades similares, y no solo caer en los típicos discursos demagógicos y las “guajiras” promesas electorales que no resuelven los problemas desde la raíz…; en el mismo sentido, deberían conocer y enamorarse de las riquezas y las maravillas naturales de nuestro país, de su esplendida y virtuosa biodiversidad, del histórico e inigualable patrimonio natural, y defenderlas, respetarlas, cuidarlas, preservarlas a capa y espada, como lo hacen hacia sus seres queridos, con el corazón, y no permitir sobreexplotarlas ni fomentar el desarrollo económico a costa del desequilibrio ecológico y de la desigualdad social.
No sabemos lo que nos espera, no obstante, no nos demos por vencidos, ni tiremos la toalla ni perdamos la esperanza, pero las críticas no constructivas, las culpas y los juicios no sirven de nada, evitemos seguir cayendo en ellos; no olvidemos que: “de cada uno de nosotros depende la manera en que sanemos, enderecemos y mejoremos el camino de nuestra nación”.
Yo anhelo un México lindo y querido, próspero y limpio, sustentable y armonioso, seguro, justo y pacífico… ¿y ustedes?… Quizá suene a utopía, pero como diría M. Cervantes: “cambiar el mundo amigo Sancho que no es locura sino justicia”, y, ¡ningún sueño es imposible de realizar, mucho menos para que ellos que creen como yo en mi país, en la patria que me acobija, en la nación que me brindó una trascendental razón de existir y que cada día le canta, agita, mueve y despierta mi corazón, invitándome a dar lo mejor de mi como mexicano que soy! Sí, incluso digan que “soy un idealista, un soñador”, vaya que sí lo soy, pero no soy el único, y me da mucho gusto saber o al menos imaginar, que muchos de quienes lean esto, lo son, y no nos quedamos en el intento de aliviar a la nación.
Sé que mi opinión no es la única verdad absoluta, empero, pase lo que pase, no dejemos de ser el mejor ejemplo para nuestras familias y de hacer lo mejor por nuestro país; tampoco esperemos a que alguien resuelva todos los problemas, ni seamos simples espectadores e inquisidores, mejor evolucionemos y convirtámonos en actores de cambio a favor de nuestra nación. La paz, el respeto, la prosperidad, el amor por México… radican o debieran estar bien sembrados en nuestras raíces, en ese espíritu “guerrero” que nos caracteriza como mexicanos. Enhorabuena, un abrazo cálido, saludos, bendiciones y buenas vibras a Todxs, pasemos el mensaje y pongámoslo en práctica: ¡mi partido es México, ¿cuál es el suyo…? Esté donde esté, trabajaré, lucharé y seguiré dando mi vida por mi nación…!
1] Fundador y Director de REVIVE MÉXICO CA -organización de la sociedad civil comprometida con la construcción de una Sociedad Sustentable, Corresponsable, Ética, Cívica y Participativa, que se desarrolle sin comprometer el equilibrio ecológico y social, a través de una Nueva Cultura en pro de la salvaguarda de los derechos humanos y los derechos de la Tierra, la defensa y conservación del patrimonio urbano, cultural y ambiental del territorio, así como de la convivencia respetuosa entre la sociedad, otros seres vivos y su entorno-. Maestro en Gestión Ambiental; Especialista en Política Energética y Gestión Ambiental; Licenciado en Relaciones Internacionales. Consultor, Educador y Periodista Ambiental. Activista, Líder y Coordinador de Campañas Ciudadanas. vrgoscar@gmail.com / @ReviveMexicoCA / https://www.facebook.com/ReviveMexicoCA/