Las buenas noticias,
en la mayoría de los casos,
se dan en voz baja.
Haruki Murakami
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Dicen que “origen es destino” y esto puede aplicar a Andrés Manuel López Obrador que cada día se parece más a esos presidentes del PRI de los 70 y 80 del siglo pasado, el tabasqueño se formó ahí, hasta un himno les compuso y se fue luego de la elección de 1988 cuando Salinas de Gortari llegó al poder mediante un proceso electoral dudoso operado por el mismísimo Manuel Bartlett, hoy director de CFE y cercano a López.
No hay manera de negar al pasado y la influencia que el PRI tuvo en la construcción para bien y sobre todo para mucho mal en la vida política de México, y de eso es heredero el Pejelagarto y los suyos quienes utilizan esas mismas tretas para intentar gobernar, claro que este no entrega resultados y que conste que bajo ninguna circunstancia es una defensa a quienes fueron cómplices junto con los panistas de sumir al país en severas crisis.
Ya lo dijo Ricardo Monreal que para esta segunda parte de la administración de la 4T íbamos a sorprendernos de una nueva actitud del presidente, que lo veríamos hecho un estadista, más conciliador y dialogando con todas las fuerzas políticas. Quizá tenga razón él zacatecano, pero no me trago el cuento de la buena voluntad del caudillo, son las circunstancias las que lo ponen en esa posición, es la pérdida de nueve alcaldías en la Ciudad de México y que no cuenta con la mayoría en el Congreso para que le pasen sus reformas.
En los tres primeros años se la ha pasado dividiendo a la sociedad, pegándole a todo aquel que se mueva y critique su actuar, la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República se han encargado de apretar a empresarios, políticos y dueños de medios de comunicación, desde la mañanera y con su dedo flamígero señala, enjuicia y sentencia, eso sí, para los peñistas solo escándalo y ni uno llevado a juicio o que pague por lo que el mismo López denunciaba hace tres años.
La estrategia es clara, van a seducir a los priistas y panistas que está demostrado que se pueden vender al mejor postor, ahí están los moches y los sobornos como los que recibieron por votar la Reforma Energética. Una de las lecciones del proceso electoral pasado es que, si hay hartazgo contra los morenos, un sector los repudia fuertemente y eso puede poner en la jugada a la alianza PRI, PAN, PRD en el 2023 en el Estado de México y en el 2024 en la federal, por eso López los quiere cerca a varios de los que hoy son “contras”.
Ahí quedan las invitaciones para que el priista sinaloense Quirino Ordaz Coppel, se desempeñe como embajador de México en España. Lo mismo que al panista nayarita, Antonio Echevarría García quien estaría en el gabinete. Obviamente ya les dijo que no es necesario que abandonen su partido.
Ya les tiraron el anzuelo y de morder pondrían en peligro la alianza que esta prendida con alfileres. Así se las gastaban los priistas de antaño y para eso tiene en gobernación a Adán Augusto López. ¿Los doblarán?… Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
La política migratoria de México se dicta desde Washington. Es una vergüenza el trato a migrantes por parte del gobierno más humanista que hemos tenido.
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Hasta la próxima.