El dinero a la mano 

es como la lámpara de Aladino. 

Lord Byron 

Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez 

Estimado lector, gracias. Históricamente el secretario de Gobernación era el segundo hombre más poderoso en los rangos de la política mexicana, así se configuró con el PRI y con el PAN la cosa no cambio para nada. Hay historias prácticamente de terror de impresentables que ocuparon el cargo, que se emborracharon de poder y que se le subieron a las barbas al mismo presidente (Luis Echeverria Álvarez, Fernando Gutiérrez Barrios, Manuel Bartlett, Santiago Creel y Juan Camilo Mouriño). Pero a esa figura se tenía que voltear a ver por sentido común por aquello de los destapes y la sucesión sexenal. 

La fuerza de la Secretaría de Gobernación se perdió con la llegada de la 4T, y que conste que no habló, ni mucho menos celebro esa entidad represora y de espionaje, sino la encargada de la política interna, ahí colocó López Obrador a Olga Sánchez Cordero quien sirvió para dar información de poder Judicial e intentar doblarlo, hacerlo maleable para los objetivos del Pejelagarto, se puede decir misión cumplida y por eso la ex ministra regresa a la Cámara de Senadores y a hacerle marca personal a Ricardo Monreal. 

En la Segob ya se instaló el primo del presidente, Adán Augusto López Hernández un político cortado al estilo tricolor, nada más 25 años en el PRI igual que su pariente, dejó la encomienda de gobernador en Tabasco por el llamado presidencial como cuando Salinas gobernaba. El asunto es que al Pejelagarto ya no le sirve una Secretaría tibia como con Cordero, sino alguien que se faje los pantalones con los gobernadores, que los meta al orden y que se extienda a todo aquel que se atreva a ponerse frente al proyecto de la 4T, y por qué no aplicar las marrullerías del pasado, ahí está Manuel Bartlett como buen asesor y que en su tiempo las aplicó. 

Me cuentan de una oficina en Palacio Nacional que la encomienda del presidente para Adán Augusto fue proteger a la jefa de Gobierno y delfín de López Obrador, que no se salten las trancas y que todo se le reporte para estar muy pendientes de Ricardo Monreal que se destapó desde hace meses y al cual el hijo de Macuspana ni lo nombra entre sus candidatos. 

Por ello toma relevancia la reunión que sostuvieron esta semana entre Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y el secretario de Gobernación, la finalidad, entrarle a la civilidad de pactar de facto una tregua entre los presidenciables, no quieren que el zacatecano les gane como en la alcaldía Cuauhtémoc ni que se le atraviese a Sheinbaum en la capital. 

Así operaba el PRI y el PAN, los citaban en el palacio de Cobián y les leían la cartilla, cuentan que hasta sus expedientes con sus pecados se les presentaban para doblarlos, claro información que obtenían mediante el CISEN, ese que dice López que ya no existe, pero que la duda persiste. 

Esta reunión puede leerse no como entre dos aspirantes, sino entre tres suspirantes, al otro ni lo invitaron, ¡pobre Marcelo!… pero mejor ahí la dejamos. 

Entre Palabras 

La importancia de la credibilidad y el desprestigio. Ricardo Anaya vuelve a la carga, ahora acusa que la FGR armó “un Frankenstein” en el caso de los sobornos de Odebrecht. ¿Alguien le cree? 

Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.