Por Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Como sea, quedarse en el poder
Nunca dejes que tu sentido de la moral
te impida hacer lo correcto.
Isaac Asimov
Aquí se lo he dicho estimado lector, ante la falta de resultados tangibles de la 4T, la escala de precios por la inflación de 7.72%, la inseguridad y control de crimen en algunos estados, el déficit de empleos, escasez de medicamentos, solo le queda a López Obrador la construcción de una narrativa triunfalista que se desarticula contra la realidad, eso genera enojo e impotencia en el presidente quien sigue pensando que pasará a la historia como uno de los mejores patriotas al lado de José María Morelos y Pavón o Benito Juárez García, pero su asiento esta más cercano a Luis Echeverria y López Portillo con quienes se formó en ideología.
Ya cruzamos la mitad de su sexenio y no ha cumplido a cabalidad con sus promesas, la gente sigue muriendo en el fuego cruzado van más 120 mil homicidios, mientras se asegura que las Fuerzas Armadas también cuidan delincuentes. Hay fallecimientos por la falta de medicamentos oncológicos, en este caso el tabasqueño empeñó su palabra que ahora no vale nada. Sus monumentales obras, que no faraónicas, están entredicho y bajo sospecha de corrupción, el AIFA, Dos Bocas y el Tren Maya no entregarán resultados inmediatos y no trabajarán a su máxima capacidad hasta después de que termine el sexenio, eso sí, serán la bandera para la elección del 2024.
A pesar de tener el justificante perfecto en la pandemia por el SARS-CoV-2, que dijo nos cayó “como anillo al dedo”, los más de 325 mil muertos por la emergencia sanitaria terminaron por desnudar que el Seguro Popular funcionaba (con las críticas que se le puedan hacer), el paso desordenado en el peor momento al INSABI que resultó una vacilada, pérdida de tiempo y recursos, ha llevado al presidente a meterse en otra controversia, ahora por la contratación de 500 médicos cubanos que costarán 145 mil pesos mensuales, y no se sabe cuál será su trabajo, así como no quedó claro lo que hicieron en la Ciudad de México en el 2020 y que se les pagó 250 millones de pesos.
Insisto en que solo le queda el poder del discurso, pero no es lo mismo un presidente con toda la legitimidad de haber ganado con 30 millones de votos en el 2018, a un mandatario con casi cuatro años a cuestas y sus fracasos que lo debilitan cada día más, por eso se tiene que confrontar para que lo real quede en segundo plano. Así con la soberbia a flor de piel y los encontronazos cotidianos contra periodistas, intelectuales, clase media, científicos, ecologistas y una larga lista, debió ser un duro golpe las mediciones que presentó la casa encuestadora de Roy Campos, donde se habla de una pérdida de 5 puntos entre abril y mayo de este año.
Por eso hay enojo en Palacio Nacional, esperaban que en el cuarto año de gobierno de la 4T todos estaríamos rendidos, por las buenas o las malas, a los pies del caudillo quien estaría pensando tranquilamente en pasar la estafeta, pero las cosas no le salieron bien por eso la anticipada apertura de la carrera por el 2024, de alguna manera tener a todos con la zanahoria de la campaña y ahí van todos, el partido del presidente y sus aliados, la oposición, los funcionarios.
El sexenio ya se terminó y López Obrador desvía la atención con lo único que sabe hacer, campaña, la resolución de problemas se queda para después, el objetivo es conservar el poder por el poder, aunque se manden al carajo las instituciones y la Ley… pero mejor ahí la dejamos.