Por Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Palabras Más / El PRI de López
La hegemonía histórica de 80 años del PRI está reducida a su mínima expresión, el presidente de la República sigue jugando con ellos porque son el justificador perfecto para decir que las cosas van bien, que les dejaron un tiradero que no se puede resolver en seis años de gobierno de la 4T, los tricolores sirven para el contraste del neoliberalismo, la comparación burda y como si fuera un “aplausómetro”, sin decir palabra, el histrión que conduce la mañanera cuestiona al pueblo bueno: ¿A quienes prefieren, a los conservadores corruptos de antes o a los “humanistas de ahora”?, claro que solo es un engaño más desde Palacio Nacional.
Si alguien conoce al Revolucionario Institucional es López Obrador, él se formó ahí en los tiempos de Luis Echeverría, José López Portillo y Miguel De la Madrid, se dice que hasta un himno le compuso porque era un orgulloso militante, así fue hasta que le cerraron la puerta y salió del partido con la disidencia de 1988 cuando Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo dejaron al partido en el gobierno, hoy ninguno de los dos tiene confianza en el tabasqueño.
Aquí se lo he dicho, López le sienta bien la campaña política donde es un maestro de la estrategia y de la marrullería, que no se le pida ser estadista, ni presidente, no sabe de administración pública y que conste que hay evidencia. En la cancha de la política de calle les está dando una paseada al PRI y al PAN, al PRD lo destruyó desde que abandonó sus filas en el 2013 porque apoyaron a Peña Nieto con el Pacto Por México que le pasó sus Reformas Constitucionales.
Desde que López tomó la presidencia uno de sus objetivos fue tomar a los otros partidos políticos, así lo hizo con el PRI, incluso lo comentaban en los pasillos y Alejandro Moreno presumía en corto su gran relación con el Pejelagarto, luego en los procesos electorales fueron entregando uno a uno los estados que gobernaban, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Zacatecas, Tlaxcala, Hidalgo, Oaxaca, Campeche, aunque el discurso de la oposición ha sido que son ganadores, simplemente hay que revisar el mapa y sus espacios se reducen al Estado de México y Coahuila donde habrá elecciones el año que vienen y los números no les dan en alianza, ni en lo individual.
Con la ruptura de Va por México el más beneficiado es López Obrador y cualquiera que sea su “corcholata”, si la elección presidencial fuera hoy, López Obrador los arrasaría de nueva cuenta. Pero, aunque se dé una reconciliación entre el PRI y el PAN el daño ya está hecho, no hay credibilidad en una unión antinatura, no hay quien los convoque y aglutine, no tienen figuras de liderazgo. Eso sí Alejandro Moreno no se va a quitar del camino porque, queriendo o no, es el alfil de López y se va a mover hasta que al presidente le plazca.
Hay cosas que no se pueden ocultar y en los próximos días veremos de que se trata: ¿Habrá desafuero? ¿Van a ir legalmente contra el tal “Alito” Moreno? o ¿Se la van a perdonar y arrastrará la poca dignidad que le queda? Dependiendo de las respuestas podremos armar el rompecabezas y confirmar que el presidente del PRI batea del lado moreno. Insisto por la presión de salvar el pellejo.
Repito, Moreno Cárdenas no va a dejar pasar al grupo del senador Miguel Ángel Osorio Chong, no se va a ir porque estatutariamente le corresponde la dirigencia hasta el próximo año 2023, eso sí, aferrarse por mandato de Palacio Nacional le quita la posibilidad a la alianza en el Estado de México, que por cierto no levanta en las encuestas y solo suma 29% de las preferencias, la conformación de un frente rumbo al 2024 y el oxígeno necesario para salvar a un viejo mañoso y moribundo de 93 años que es el tricolor, que vivirá hasta que López quiera. El presidente es el gran elector y no solo en su partido, en una de esas el PRI va con Morena…. Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
La crítica del presidente hacia Ricardo Monreal por su abstención en aquello de que la Guardia Nacional pasará a manos de las Fuerzas Armadas resultó un empujón más para sacarlo de Morena. ¿Seguirá estirando la liga?