Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez 

Estimado lector, gracias. Si algo tenía Enrique Peña Nieto es que durante su mandato supo ser amigo de sus amigos, quizás por complicidad, pero a pesar de todo lo que sucedía no despidió a ninguno, el manto protector se extendió hasta el sexenio de López Obrador, que, a pesar de hacer maromas y la promesa de llevarlos ante la justicia como a los expresidentes, nada ha pasado, así se cumple el pacto de impunidad entre las dos administraciones. 

Ahora con la desgracia de la Línea 12 del Metro, que desafortunadamente cobró la vida de 26 personas y 80 lesionados, de nueva cuenta queda claro el desaire del presidente López Obrador por las víctimas, por el dolor ajeno, ya dejó claro que no es su estilo, que eso de visitar a los hospitalizados era para la fotografía. También se portó frívolo con los enfermos de Covid-19, aunque ahí si le montaron una escenografía para la fotografía. 

Pero más allá de esas poses de arrogancia y desplantes del tabasqueño, queda claro que su protectorado le alcanza para encubrir a Claudia Sheinbaum y a su vez a Florencia Serranía, que, de entrada, la primera es la responsable de haber puesto a la segunda en la Dirección del Metro. Y como dicen los psicólogos, el inconsciente habla, y Serranía dice “yo solo soy la directora”. Así que tiene el respaldo del patrón, lo mismo que el canciller Marcelo Ebrard. 

Es innegable que sus delfines han salido raspados, perdieron aire, aunque es muy temprano es un estigma que no se van quitar en la búsqueda de la ansiada candidatura del 2024. Según los informes la aprobación ciudadana a la jefa de Gobierno disminuyó 22 puntos, al pasar de 71 por ciento en abril a 49 por ciento en mayo, tras el colapso de la Línea 12, un golpe muy duro para la egolatría que profesan los diferentes. 

Otro factor que les está haciendo mucho ruido son las declaraciones de Porfirio Muñoz Ledo, quien de plano ya se volcó en contra de Andrés Manuel López Obrador y de Morena a pesar de que sigue siendo diputado y miembro del partido. En varias entrevistas, que ahora no niega una, declaró sobre la corrupción imperante en el Metro, dijo que es un “cochinote” para apoyar a un grupo ligado a Mario Delgado rumbo a la elección del 2024, y las declaraciones van a seguir, ya dejó entre ver que el inquilino de Palacio Nacional no va a querer dejar el poder al cumplir su mandato, por eso el ensayo del presidente de SCJN. 

Ya son muchas las llamadas de atención de quienes ven en la presidencia de López la construcción de una dictadura, ahí están los que se fueron de su gabinete, hoy son de sus críticos más grandes, lo que le escribieron Roger Bartra y Macario Schettino que lo tachan de enfermo mental, más los que se acumulen en la semana. El otro personaje que advirtió fue el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas sobre las pretensiones de López, declaró que se corría el riesgo de ser un sexenio perdido y para allá vamos. 

No hay cambio de nada, al contrario, se ha profundizado la corrupción porque está focalizada, las intromisiones ahora son cínicas, hay nepotismo, se hace lo que el mandamás del Palacio dice, nadie se atraviesa para decirle algo al tabasqueño… el rey va desnudo… pero mejor ahí lo dejamos. 

Entre Palabras 

Como sacado de un libro de Kafka, el amo del absurdo, han invitan a Laura Bozzo a ser directora del DIF si gana Paolo Botti la alcaldía de Veracruz, un par de personajes que no brillan por su intelecto. 

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Hasta la próxima.