Me siento tan aislado que
puedo palpar la distancia
entre mí y mi presencia…
Fernando Pessoa
Por Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Ya se retomaron las obras del Tramo 5 del Tren Maya por ser consideradas como de seguridad nacional y con eso se van por tierra los múltiples amparos que se interpusieron en contra de una de las obras emblemas de López Obrador y de su 4T, ya sabemos que para el Pejelagarto el respeto a las instituciones solo queda para su discurso porque en lo práctico aplica bien su máxima “no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley”. Aquí se lo dije, el trenecito del presidente va y no le importa atropellar al que se ponga enfrente, no le importa pasarle por encima a la fuerza de las evidencias porque él es la razón encarnada.
Ante la lluvia de críticas por la construcción en un terreno que no es el adecuado, los videos donde se muestra la deforestación, los especialistas que dicen que no será funcional y la recuperación de la inversión puesta en duda, López y su séquito solo han atinado a responder con violencia verbal, “ya sabemos el cuento de que los conservadores no quieren el progreso por eso las campañas de desprestigio para afectar a los que menos tienen”. Pronto veremos quien tuvo la razón y más allá de las denuncias que varias tienen sustento científico, más allá de la devastación ecológica que será muy grande e irreversible, se advierte sobre un posible colapso que pondría en riesgo la vida humana, ya les pasó con la Línea 12 del Metro.
Estos que hoy son gobierno criticaron fuertemente y con razón las obras de los sexenios panistas, por ejemplo, con Calderón solo se construyó una barda de lo que anunciaron como una gran refinería en el estado de Hidalgo, el engaño costó 600 millones de dólares. En esa misma administración se levantó el monumento más feo e inservible “La Estela de Luz” en Paseo de la Reforma, un monumento inservible de mil 304 millones de pesos y creciendo porque se debe pagar mantenimiento, lo mismo que el desfile por los festejos del Bicentenario con un costo de 45 mdd.
Con Vicente Fox la polémica fue por la mega biblioteca Vasconcelos, de la misma manera se proyectó una inversión de 934 mdp y terminó costando 32 mdp más, el inmueble fue entregado con múltiples fallas como goteras, faltaban acabados y luego hasta plaga de chinches. Con el regreso del PRI, Enrique Peña Nieto centró la obra pública en lo práctico, puentes y caminos, infraestructura que mucha no se terminó, eso sí se disparó la corrupción como nunca, sus prioridades estaban en sus Reformas Estructurales del Estado, así se fue el sexenio, entre sobornos, desfalcos y adquisiciones dudosas como las de “la casa blanca”.
Los políticos que llegan a la máxima magistratura del país buscan trascender, quieren ser recordados, si por ellos fuera su nombre estaría inscrito en letras de oro en alguna pared, pero por lo menos Fox, Calderón, Peña y López sus nombres deberían estar en letras de oro en el muro de la ignominia, ninguno ha estado a la altura de las circunstancias, solo nos hacen pensar en que estábamos mejor cuando estábamos peor porque lo bueno no lo hemos conocido.
Así las obras de López Obrador están bajo la lupa, un AIFA que no termina por arrancar, que no cuenta con las certificaciones internacionales, que apenas llega a 3 vuelos al día y por donde ningún funcionario de la 4T viaja. Mientras que la inauguración de la Refinería de Dos Bocas resultó un montaje, va a tardar varios meses para que inicie las pruebas y otro más para que comience sus operaciones, se habla de un par de años para que entregue su primer barril de petróleo.
Los resultados de esas inversiones no se pueden ocultar como las del pasado porque marcan a sus responsables como a Fox, Calderón y Peña. López Obrador en este mismo momento construye el hierro con el que será marcado y no hay buena prospectiva… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
¿No qué no? Cárteles de las drogas se disputan el territorio de la Ciudad de México. Eso sí Claudia Sheinbaum en plena campaña.