El cerebro es como un músculo. 

Cuando está en uso, nos sentimos muy bien. 

La comprensión es alegría. 

Carl Sagan 

Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez 

Han pasado 41 meses desde que Andrés Manuel López Obrador adquirió las riendas de la presidencia, nunca se ha tomado la molestia de hacer un llamado para que se termine con la división en la que nos hemos metido. Este ejecutivo se siente cómodo ejerciendo el poder con un contexto enrarecido, lleno de racismo y clasismo ese que dicen combatir, pero sin esa estratificación social no podría haber ganado los comicios del 2018 y por convenir a sus intereses no desaparecerán esas condiciones que le generan un mercado clientelar. 

Aquí lo he dicho, según los tiempos de nuestra política, aquellos que ocupan la silla presidencial se van quedando solos, en el ocaso de su mandato se van debilitando, pierden la atención ciudadana y eso va a radicalizar el discurso y las acciones de López Obrador, inclusive ahí queda la tentación de la violencia y hasta de la represión, así sucedió con los priistas del siglo pasado, esos que se parecen mucho al tabasqueño o que les tiene admiración, aunque de dientes para fuera se diga juarista o maderista. 

Cuando dijo que son tiempos de definiciones y que no hay de otra o se está por la transformación o contra ella nos mostró su visión de país reduccionista, como si únicamente existiera una realidad de conservadores y liberales, una postura maniqueísta que de ser cierta nos deja desesperanzados por la clase de políticos y de partidos que tenemos, ya fracasó como gobierno Federal el PRI, PAN y los morenos no lo han hecho mejor, por ello les conviene la división y señalar con veneno a quienes no piensen como ellos. 

Las muestras de intolerancia y discusión estéril se dieron en la Cámara de Diputados cuando no se aprobó la Reforma Eléctrica que quería López Obrador, gritos y sombrerazos a la primer provocación por todos lados y de todos los colores, el tema ya estaba discutido en un parlamento abierto que duró varios meses, los números no les daban al partido del presidente ni con sus aliados, pero no podían desperdiciar la posibilidad de marcar como traidores a quienes no secundaron la propuesta, usaron todas las artimañas, gente intimidando en la calle y en las redes sociales se desplegó todo el aparato para intimidar, incluso hasta los reporteros de Jesús Ramírez Cuevas invitan al linchamiento. 

El mismo presidente de Morena, Mario Delgado y la secretaria, Citlali Hernández, hasta Gerardo Fernández Noroña, Claudia Sheinbaum, Antares Vázquez, se dedicaron a publicar los rostros de los diputados opositores, los llamaron traidores a la patria, los que fueron víctimas, ahora enfundados en un patriotismo hipócrita son los victimarios. Nadie fue contra el servilismo de Mario Delgado cuando siendo diputado del PRD votó a favor de las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto, formó parte del Pacto por México ese que terminó de sacar a López Obrador en el 2013 del sol azteca. No hubo reclamo porque apareció de puntitas en la fotografía de la inauguración de la corrupta Línea 12 del Metro, justo detrás de Felipe Calderón y de Marcelo Ebrard, el primero villano favorito del Pejelagarto. 

No hay mesura por parte del propagandista Epigmenio Ibarra que hizo su fortuna haciendo narco series con apología de la violencia en los sexenios de Calderón y Peña Nieto, claro que los préstamos como el recibido por el productor por parte de Bancomex por un monto de 15 millones de pesos le deben aflojar las piernas a cualquiera. Qué tal la postura de Damián Alcázar que con sus películas criticó la violencia de todo tipo en las dos administraciones anteriores, pero el arte así es y hoy son aplicables a los actuales.    

Los responsables de la violencia, división y las derrotas del presidente son sus cercanos no la oposición insipiente, inclusive el mismo John Akerman ha señalado que por la pérdida de posiciones en San Lázaro no se aprobó, ni se aprobarán las reformas que quiere el presidente, incluso Monreal advirtió que está en contra de la campaña de desprestigio iniciada por su partido en contra de la oposición. Pero hay responsables con nombre y apellido, Mario Delgado y Citlali Hernández pueden ser el punto de ruptura entre los morenos… Pero mejor ahí la dejamos. 

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Hasta la próxima.