Palabras Más / Más migración y violencia
La caridad comienza en mi casa,
y la justicia en la puerta siguiente.
Charles Dickens
Arturo Suarez Ramírez / @arturosuarez
La realidad no se puede contener por más que se le pongan máscaras y se intente mentir con los números como hacen todas las mañanas desde Palacio Nacional, según ellos López Obrador ha cumplido 98 compromisos de su gobierno y que la envidia de los conservadores quiere descarrilar su administración, pero el rubro que no va a cumplir es de pacificar al país que en todo momento mantiene hechos de sangre, vivimos en una cultura de la violencia, suman 125 mil 817 muertos por lo cual este sexenio será el más violento de la historia.
Insisto en lo dicho, no es suficiente que López Obrador y su gabinete se reúnan a las 6 de la mañana solo para escuchar un parte de guerra mientras no hay estrategia de contención, tantos muertos en aquel estado, otros más en aquella ciudad y sigamos como en los tiempos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto a los que se les contaban los muertos y claro, López se regodeaba por aquello de la campaña de contraste. Por lo menos desde el 2006 se escuchaba una serie de frases huecas, “si nosotros gobernáramos… tal cosa”, “Cuando seamos gobierno vamos a terminar con la guerra”, “Cuando ganemos la elección vamos a bajar el precio de la gasolina”, “Al día siguiente de ganar vamos a convocar a un gran pacto ciudadano”, solo palabras para endulzar el oído así son los populistas, grandes seductores.
La máxima obsesión del Pejelagarto se hizo realidad el 1 de julio del 2018, ganó la elección de manera aplastante y el 1 de diciembre de ese año juró el cargo. Mientras se trasladaba a San Lázaro en su automóvil un joven se le acercó y le dijo “Andrés Manuel, no tienes derecho a fallarnos, a casi cuatro años de aquel detalle, López tiene abiertos varios frentes, muchos pendientes y carga la lápida de severos fracasos como el de la seguridad y el apapacho que la 4T les da a los cárteles de la droga disfrazados de humanismo.
López Obrador regresó de Estados Unidos igual que cuando visitó a Donald Trump, todo fue cordialidad y al que consideraba su “amigazo” terminó diciendo que jamás vio a nadie doblarse para negociar y López militarizó la frontera sur para contener el flujo de migrantes centroamericanos ese era un punto para firmar el T-MEC. Con Joe Biden, el tabasqueño comprometió mil 500 millones de dólares para cuidar la frontera norte, claro que para la coreografía diplomática le permitieron que se aventara su discurso de petición de permisos de trabajo, aunque en su púlpito matutino se vanaglorie de las remesas que mandan los connacionales, que en abril rompió récord de 391 dólares.
La violencia que incluye a EU por el flujo armas entre el país del norte y México y que no para, la corrupción y la migración son grandes negocios que dejan recursos y salpican a delincuentes y funcionarios, por eso se finge que se va en contra, pero ahí siguen a mayor o menor escala. Mientras se pide replantear la estrategia de seguridad, se dan enfrentamientos como en Topilejo en la alcaldía Tlalpan, masacres y asesinatos de periodistas, persecución, mientras se va a la Casa Blanca a presumir a México, llegaron los cuerpos de los 27 migrantes que murieron asfixiados en Texas y que cruzaron desde nuestro territorio, esos son los grandes fracasos para los humanistas, los muertos.
Aunque fue una cumbre en EU con un tono conciliador debe haber preocupación por lo que se hace en México, aunque la agenda de Biden es mucho más grande que eso, ahí están los llamados de funcionarios como el ex embajador Christopher Landau que dijo que se dejaron crecer y de 35 a 40% operan los cárteles en el país, los encontronazos con legisladores, en Washington preocupa hasta que Ken Salazar parezca más de la 4T que representante de EU como dice el artículo de The New York Times en unas semanas dejaría el cargo … Pero mejor ahí la dejamos