Por Armando Saavedra

– San Lucas nos presenta como parte del sermón de la montaña tres ejemplos del buen vivir con mucha lógica:
– 1º. ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo?
– Me pongo a pensar sobre todo en los sacerdotes que se supone que son muy buenos consejeros dando consejos como estos.
– Deja tu marido que te tiene embrujado
– Métele una demanda a tu hermano a ver si le quitas la mitad de la herencia.
– A otro sacerdote: pídele al sr. Obispo una parroquia grande, rica y que ya tenga todas las comodidades”.
– Se ponen de guías, psiquiatras, maestros, doctores, psíquicos, que se anuncian en la televisión que aconsejan divorciarse, abortar, amor libre, emborracharse, correr a la suegra, a la madre soltera, al drogadicto en lugar de ayudarles.
– ¡Pues que pinches guías son! ¡Y que pendejos los que los buscan!
– Otros están peores se guían por las notas del zodiaco que salen en periódicos y revistas.
– Y otros más mensos consultan a los lectores de cartas espiritistas, brujos, leedores de la palma de la mano, gitanas, leedores del humo de cigarrillos como la hacía Hitler.
– Para ser un buen guía se necesita preparación y sobre todo dar una buena imagen y un buen comportamiento.
– 2º. Cristo nos pone el ejemplo de la paja en el ojo ajeno, la viga en nuestro ojo, que más bien Cristo quiso decir el leño en nuestro ojo.
– No hay congruencia entre lo que nosotros vivimos y lo que criticamos de los demás, cuando nosotros somos peores que ellos y no lo reconocemos, empecemos por corregirnos nosotros.
– El pecado tiene su origen en que el hombre quiere ser como Dios y lo malo no está en querer ser como Dios sino en no comprendemos como es el Santo misericordiosos, generoso, amoroso y no simplemente todo poderoso.
– 3º. Dar frutos buenos y no solo falsas promesas como el novio que le promete casa, trabajo, fidelidad, respeto a la novia, al final salen con puras promesas, que no existen y lo mismo los políticos que a la mera hora solo se dedican a robar, o como los que nos llamamos católicos y vivimos en una doble moral, como dijo Cristo: predican una cosa y hacen otra.
– Al enjuiciar a un prójimo debe de ser delante de él y siempre con miras a la corrección fraterna, de otro modo es hipocresía.
– En un vuelo de avión le tocaba al padre Pistolas a veces un niño mión, a veces un negro como Yohnny Laboriel” pero una vez le toco un sacerdote judío (rabino).
– Nos sirvieron carne de puerco y le dice el padre Pistolas: “De lo que se pierde maestro”.
– ¿Verdad que no se casan Padre?
– No, de lo que se pierden padre.
Que Dios los bendiga.