Chilchota, Michoacán a 23 de abril de 2021.- Bajo una atmósfera de fiesta y de rito ancestral, indígenas de la cañada de los Once Pueblos le colocaron vistosos adornos de cuelgas al candidato del Equipo por Michoacán, Carlos Herrera, quien externó palabras de gratitud con emoción y con un evidente peso encima.

 

La grandeza de Michoacán está en sus raíces. Lo que nos une es la identidad y el orgullo de nuestra gente, asumió el candidato común del PRI, PAN y PRD a la gubernatura, a 44 días del triunfo electoral.

Las cuelgas en esta región simbolizan el reconocimiento a los guías espirituales, a los concejeros, a los cargueros o a los principales representantes de un pueblo; también se utilizan en las fiestas familiares donde cada persona otorga un obsequio a manera de ofrenda comunitaria.

“Las comunidades indígenas tienen una cosmovisión que se sigue preservando. Me voy con el corazón lleno y motivado y bien comprometido con Chilchota, con todas sus mujeres y sus hombres”, se emocionó el zitacuarense, ante este gran acontecimiento local de profundas raíces culturales.

Llenándolo de porras en purépecha, Ixu jini tata Herrera andaat (aquí, allá, Herrera ganará), decenas de personas de la Cañada de los Once Pueblos colocaron cuelgas al candidato, mismas que son elaboradas por manos artesanales con la peculiaridad de cada pueblo o comunidad.

En la Meseta Purépecha y Cañada de los Once Pueblos, cientos de manos artesanas amasan el barro para crear desde vasijas, platos o tazas, hasta herramientas y ornamentos.

También suelen hacerse cuelgas con comida, como tamales, fruta o pan, incluso con flores silvestres y hasta con materiales naturales como paja o chuspata, característico de cada región y cada comunidad.

Con humildad en el semblante, Herrera se sumergió en este ritual del pueblo purépecha, que es a la vez protocolo y alegría contagiosa.