Por Padre Pistolas
– Todos los humanos deseamos tener vida después de la muerte.
– La muerte no es mala, de lo contrario Cristo no hubiera muerto, porque él nunca hizo algo malo, incluso fue su muerte el instrumento para vencerla y conseguirnos la vida eterna, redimiéndonos en la cruz.
– No debemos de tener temor a la muerte pues es algo natural y una consecuencia de la vida.
– Algo que tampoco podemos evitar es estar en la presencia de Dios para entregar cuentas de lo que hicimos y no hicimos, porque la vida nuestra es prestada Dios es el dueño de la vida y de la muerte él nos la da y él nos la quita cuando quiere por eso es tan malo quitarle la vida a otra persona.
– Cuando Cristo le dijo a los judíos que él era el pan vivo, el pan de la vida eterna, bajado del cielo y decirles que la obra de Dios era creer en él, Cristo y el que no creyera ya estaba condenado, provocó un gran escándalo diciendo que: ¿cómo el pan de vida, bajado del cielo? Que ellos conocían a su padre José algo que no era cierto porque el padre de Cristo es Dios San José era el padre “adoptivo” y aunque vivió por 21 años en Nazareth, siendo carpintero, sin embargo era el hijo de Dios bajado del cielo, el único que conocía a Dios Padre, pero a los judíos no les alcanzó la inteligencia y la fe para comprender y aceptar esta verdad y por eso lo mataron, llenos de envidia, sobre todo las autoridades civiles y religiosas, “vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”.
– Aquí tenemos la fórmula: comulgar, muchas veces ese pan de vida eterna, dar gracias diariamente por ese regalo o gracia (gratuita) de Cristo.
– Tenía un amigo en Acámbaro, Gto. El “Gordo Herrera” que empezó con una tiendita de abarrotes y una camioneta vieja repartiendo esos abarrotes por mis ranchitos, en la actualidad tenia 3 tiendotas, 20 casas, recibía trescientos mil pesos de renta al mes y no quiso pagar ciento cincuenta mil por una operación y acaba de morir y me pregunto: ¿para qué tanto afán de hacer dinero si descuidamos nuestra salud material y espiritual?
– El profeta Elías siendo perseguido por una reina malvada y que había cambiado de religión: “Jezabel” tuvo auxilio de pan y agua para poder huir y ya estaba totalmente desanimado de su misión y con ese pan y agua se animó de cuerpo y alma, cuanto más tomaremos fuerza en cuerpo y alma con la santa misa y la comunión, pero ni a misa vamos, a los padrecitos les cuesta trabajo celebrar la misa, porque no la hacen sino les pagan.
– Un día amaneciendo le toca a su mujer lo que está abajo del brasier y de los chones y le dice si tuvieras todo eso firme nos libraríamos de esas prendas.
– La mujer le toca al marido eso que se imaginan y le dice: si tuvieras eso firme nos libraríamos del cartero, el lechero y el compadre.
Que Dios los bendiga.